Más de 18 mil mujeres caminaron desde Querétaro impulsadas por su fe.

CUAUTITLÁN, Méx.- 20 DE JULIO DE 2014.-  Son pasos de fe, incansables, gigantes. Los de doña Petra Uribe, de 80 años de edad, o los de Melisa, de un año 10 meses. De todas, más de 18 mil mujeres que recorrieron cientos de kilómetros de la Sierra de Neblinas, en Querétaro, hasta la Basílica de Guadalupe, en el Distrito Federal.

Un reducido grupo de mujeres salió el viernes 4 de julio de la Sierra de Neblinas, en Querétaro, y a su paso se sumaron más contingentes, de Agua Zarca, de Lando, de Pinal de Amoles, en Querétaro, o Espíritu Santo y Puerto de Palmas, Guanajuato. También de Tepotzotlán, estado de México. Y de muchas otras comunidades.

En total 16 días de camino de Neblinas al Tepeyac, al que llegaron el 20 de julio. De la ciudad de Querétaro salieron el sábado 12 de julio.

Más atrás, a un día de distancia, venían los hombres, alrededor de 26 mil, que siguieron el mismo camino que las mujeres, aunque empezaron un día después. Se juntaron en la Basílica de Guadalupe.

El padre Bernardo Reséndiz Vizcaya, director espiritual de la 55 Peregrinación de la Asociación de Peregrinas de Querétaro, relata que el camino fue de mucha lluvia y lodo, incluso fango, pero sin incidentes graves.

“Nuestra peregrinación es una hermosa manifestación de fe. Las hermanas peregrinas son el testimonio que México necesita de sacrificio y entrega. Hemos venido orando por la paz, para que México cambie”, dice.

Adriana Torrecillas Herrera, vicepresidenta de la Asociación de Peregrinas, coincide que este año fue de mucha lluvia, aunque no hubo tanto calor como otras ocasiones.

Menciona: “Todas venimos a agradecer a la Virgen de Guadalupe las bendiciones que nos da y pedirle por nuestras familias y la sociedad mexicana”.

Desde hace 55 años mujeres y hombres de Querétaro peregrinan cientos de kilómetros, en viaje que se prolonga hasta 16 días. En la Basílica sólo les permiten estar cinco minutos a los pies de la Guadalupana. Suficientes para dar gracias y prometer regresar el próximo año.

Cada peregrina es una historia y cada historia tiene milagros. Regresarán, si Dios se los permite, el próximo año.