CUAUTITLÁN, Méx.- A 26 DE JULIO DEL 2015.- Recorren 230 kilómetros para pagar mandas y pedir por la salud de algún familiar, pero sobre todo para agradecer que están vivas.

Son mujeres de Querétaro y Guanajuato. Algunas, las de la Sierra Gorda queretana, la comunidad más alejada, caminarán16 días para llegar a la Basílica de Guadalupe, en el Distrito Federal.

Alrededor de 18 mil mujeres llegaron a Cuautitlán y la mañana del sábado escucharon misa en un predio aledaño al Santuario de El Cerrito, donde existen vestigios de la vivienda que habitó San Juan Diego. Ahí comieron y descansaron un rato, entre el pasto y el lodo.

Juana Prado Mejía, de 58 años, recorrió el camino con su sobrina Veida Zareth Prado Monroy.

“Vine a pagar una manda y por eso estoy aquí. Vine a pagar una manda, que un hijo mío me lo atropellaron, estuvo al borde de la muerte y me hizo el milagro”, relató.

Añadió: “El 11 de julio salió del hospital, hace un año. Estuvo internado muy grave, se aventó un poquito más del mes internado, que ya no lo contábamos, pero Gloria a Dios”.

Dice que su hijo Francisco Javier Camacho Prado, de 20 años de edad, iba a trabajar en su bicicleta y una camioneta lo aventó. El joven sufrió severas lesiones, pero ya está recuperado.

“Me vine caminando para darle gracias a mi Madre Santísima que me lo dejó. Vengo con mi sobrina”, reiteró Prado Mejía.

El padre Bernardo Reséndiz Vizcaya, director espiritual de la peregrinación femenil, dijo que son 18 mil mujeres, sobre todo de Querétaro y Guanajuato, aunque las hay también de Hidalgo y del estado de México (de Polotitlán y Tepotzotlán). Los hombres suman 28 mil, que vienen un poco atrás, pero también llegarán a la Basílica de Guadalupe este domingo.

Gabriela Siliceo Valdespino, presidenta Seglar Diocesana, afirmó: “Este año traemos por primera vez nuestra capilla móvil Santísimo Sacramento. Nos visitó la Virgen del Pueblito, la Virgen de Soriano, vino monseñor Diego Monroy, todos los sacerdotes de nuestra Diócesis, nuestro señor obispo encabezando la columna”.

Concluyó: “Las peregrinas llegaron, gracias a Dios saldo blanco, el dolor típico de cabeza, de ampolla, pero nada grave que amerite una preocupación. El clima nos trató bien, el apoyo de las autoridades al 100, todo perfecto”.