La señora lleva 25 años fiel a sus costumbres.

TOLUCA, Méx.- 3 DE MAYO DE 2016.- Al igual que todos los albañiles, doña Demetria está de fiesta y celebra el Día de la Santa Cruz; cada año renueva su vínculo con esta tradición, además alista su mejor platillo tradicional, que van desde los tacos de guisados hasta el mole.

Sin importar recorrer más de un kilómetro cargando la cruz, desde su hogar en los ejidos de Santiago Miltepec, hasta la iglesia de la comunidad, para ir a misa y agradecer que durante el último año las cosas hayan salido bien para toda la familia, por lo que regresa como desde hace 25 años.

Este mediodía, decenas de iglesias de la capital mexiquense realizaron misa para bendecir las cruces de los nazarenos, adornadas de distintas formas, para que después sean colocadas en las obras con el fin de dar gracias por las bendiciones del año pasado y el venidero, para todas las personas.

La festividad es emblemática para los trabajadores de la construcción, por lo que en lo alto de una obra  se pueden observar cruces amarradas a las varillas de un castillo de estructura, para después disfrutar con música, comida, baile y la compañía de los familiares, además de amigos.

“Cada año venimos a renovar la cruz y venimos a pedir paz en el hogar y tranquilidad para que no pase nada malo en nuestra familia, es una tradición que tenemos, la ponemos en un altar  a fuera de nuestra casa”, indicó la devota, mientras cargaba su cruz de varios kilos a su domicilio.

Cada año, esta familia realiza el ritual de llevar la cruz para pedir protección y seguridad, ataviada de varios colores y arreglos, para después regresarla hasta su altar que tiene en la entrada del domicilio, ubicado en la zona norte del municipio, donde celebran de forma emotiva.

A pasos lentos, avanza firme para cumplir con la fe, la manda sirve para que a todos los integrantes de la familia no le falte trabajo y pueda aportar cubrir las necesidades básicas de sus hijos, además de orar para no ser víctimas de la inseguridad que azota muchas zonas de esta ciudad.

En la tradición mexicana, el 3 de mayo, los maestros de la cuchara se olvidan de las palas, ladrillos, grava, arena y cemento, ni se observan a las personas cargando los pesados botes de mezcla, sino disfrutan de su día mediante un rato agradable donde no faltan las bebidas como el pulque.

Por sencillo que sea el festejo, no falta una mesa con buena comida, otros deciden instalar equipo de sonido y grupos musicales, cada quien celebra a su estilo pero sin dejar de pasar de largo el día, como dice doña Demetria, lo que importa es no dejar pasarlo.