Ninguna autoridad ha querido atender la denuncia.

LERMA, Méx.- 9 DE AGOSTO DE 2016.- Policías estatales y municipales ingresaron a dos casas de la colonia Guadalupe para someter a los inquilinos, robar objetos de valor e intentar violar a una mujer, además, torturaron a un joven a quien casi asfixian con una bolsa de plástico.

Uriel, de 27 años de edad, padre de una niña, se encontraba al interior de su vehículo resguardando un predio, como desde hace un mes que fue contratado como guardia de seguridad, en ese momento más de una docena de uniformados arribaron para detenerlo sin motivo.

Cerca de la medianoche, los agentes le cubrieron la cabeza con una bolsa, lo esposaron y le pusieron un lazo para golpearlo durante varias horas para pedirle que dijera “todo lo que sabía”, mientras recibía descargar eléctricas, en varias ocasiones perdió el conocimiento  por los golpes.

“Ya habla de una vez, ya pagaron, ¿aflojas o aflojas?”, son algunas de las palabras que recuerda le decía uno de los agentes al tiempo que era torturado, antes de quedar inconsciente y ser levantado en su propio vehículo para ser llevado hasta su vivienda, donde los agresores ingresaron.

“Me dieron varios cachazos para bajarme del vehículo, me quitaron las agujetas y los zapatos, me arrastraron y me empezaron a torturar, me agarraron del cuello y levantaron con la cuerda y la bolsa en la cara, esposado perdí el conocimiento cuando no tenía oxígeno”, relató.

En el lugar, los elementos empezaron a catear otra vivienda sin contar con alguna orden, donde empezaron a revisar por todos lados, no sin antes amagar a las personas que estaban en ese lugar con armas largas, para después tirarlos al piso y decirles que no voltearan a ver o los golpearían.

Tras no encontrar, nada se llevaron celulares, dinero en efectivo y cosas de valor de la familia Gutiérrez Garduño, sin embargo, también trataron de agredir sexualmente a una de las mujeres que estaba en la casa, a quien le dijeron palabras ofensivas mientras intentaban tocarla.

Luego de 20 minutos, los presuntos policías salieron para huir a bordo de patrullas con insignias oficiales de la Comisión Estatal de Seguridad Ciudadana y municipales, tras sufrir el infierno, la madrugada de este martes y lograron estabilizar a Uriel y acudieron a presentar la denuncia.

Sin embargo, al acudir al Ministerio Público con sede en Lerma, les negaron el servicio y no quisieron tomarle las declaraciones, por lo que se trasladaron  hasta la sede central de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México en Toluca, pero tampoco tuvieron éxito.

Por ello, tras ser torturados y robados acudieron hasta la Comisión de Derechos Humanos de la entidad para presentar una queja tras el abuso de autoridad por parte de los agentes, para que sean castigados conforme a derecho y se realice la reparación del daño a las familias.

Las víctimas dijeron tener temor por las represalias que pudieran existir en su contra tras hacer público el caso, aunque piden se haga justicia, pues no tienen ningún tipo de relación con algún delito cometido, muestra de ello es que los dejaron libres después de haber sido golpeados.