ECATEPEC, Méx.- 25 DE FEBRERO DE 2017.-“Mi hijo Diego Maximiliano, sigue sin aparecer después de que se pagó un rescate tras ser secuestrado en el 2015, por lo que la PGR ofrece una recompensa de un millón 500 mil pesos para quien proporcione datos o pistas para dar con su paradero”, dio a conocer Verónica, madre de la víctima.
Además explicó que la primera semana del mes en curso, viajó a Guadalajara a pedir ayuda a las autoridades, porque una de las llamadas durante el plagio fue hecha desde el estado de Jalisco y aunque hay tres detenidos como culpables del secuestro, derechos humanos los protege y se han negado hablar del caso.
Como se recordará fue el 4 de septiembre del 2015, cuando Diego Maximiliano Valenzuela fue privado de su libertad, cuando salió de su domicilio ubicado en la colonia Llano de los Báez, rumbo hacia el Centro Comercial Plaza Las Américas, donde iba a reunirse, dijo a su madre, con unos amigos y una compañera y desde ese día no volvió a saber de él.
Verónica Rosas Valenzuela, precisó que ese mismo día por la noche unos sujetos hablaron a su teléfono exigiendo una cantidad, para entregarle a su hijo, por lo que al pasar los días tras conseguir una parte del efectivo, los secuestradores aceptaron, y al intercambio del dinero, les proporcionaron un lugar en el municipio de Chalco para que fueran por su hijo que nunca apareció.
Fue en el mes de marzo del 2016, dijo Verónica, que tras una investigación que realizaron policías federales, lograron la detención de tres sujetos implicados en el secuestro de su hijo, uno de ellos menor de edad, que se declaró culpable del que se desconoce el nombre y de quien se omite en donde están recluidos, para no entorpecer el proceso, ya que ahora la Comisión de Derechos Humanos los protege, y no hay ley que los obligue a decir donde se encuentra Diego.
Indicó que ha seguido su lucha y que a pesar que la Procuraduría del Estado de México, emitió un volante ofreciendo una recompensa de 300 mil pesos, nadie ha llamado para dar pistas y poder localizar a su hijo, que al momento de su secuestro tenía 16 años de edad y estudiaba en preparatoria anexa a la normal en el municipio de Coacalco del que no pierde las esperanzas de hallarlo con vida.
Verónica refirió que ha tenido que pagar a psicólogos para que la atiendan y tomar terapias y poder enfrentar esta situación que, asegura, la tiene destrozada y aun así continúa trabajando para tener recursos con que moverse ante la campaña que inició para poder dar con el paradero de su retoño.
Dio a conocer que tras recibir un documento de colaboración por parte de la Fiscalía de desaparecidos del Estado de México, hace unos días, con el apoyo que le brindó el Octavio Martínez Vargas , se trasladó a Guadalajara ya que según investigaciones una de las llamadas que hicieron los secuestradores fue realizada desde el Estado de Jalisco.
Quien además también se hizo el viaje a Michoacán y Aguascalientes para pedir el apoyo y poder encontrar a Diego su único hijo a quien ha criado sola, porque quien es su padre nunca se ocupó de ellos.
Aseguro que aunque las autoridades de la entidad mexiquense le han brindado el apoyo necesario para seguir realizando las investigaciones, hasta la fecha no se sabe nada de Diego Maximiliano.
Triste pero en pie de lucha, Verónica contó que después de esperar un año, por fin la Procuraduría General de la Republica (PGR), ya emitió un volante ofreciendo una recompensa de 1 millón 500 mil pesos para quien proporcione datos de Diego que les ayude a dar con su localización.
Reveló que esta impactada y molesta porque los detenidos están siendo más protegidos, que las víctimas por los Derechos Humanos, a un comprobándoles el delito que cometieron, mismos que cuentan con recursos para pagar buenos abogados quienes los están defendiendo en el proceso del cual dos de ellos no han sido sentenciados y el que fue asegurado que era menor y ahora cumplió la mayoría de edad, solo recibió una condena de cuatro años.
“He sufrido porque he tenido que visitar muchos SEMEFOS, he visto muchos cuerpos, pero mi amor de madre me dice que mi Diego está vivo y mi fe no la pierdo para que así sea, ya que ha pasado un año con cuatro meses y no hay indicios de donde pueda estar, pero no descansaré hasta encontrarlo” finalizó Verónica.
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