Pequeños negocios han sufrido ataques de grupos criminales por negarse a pagar extorsiones.

CHIMALHUACÁN, Méx.-  20 DE JULIO DE 2014.- Pequeños negocios ubicados en municipios de la zona oriente del estado han sufrido ataques en los últimos días por parte de grupos criminales para presionar a sus propietarios para el pago de extorsiones.

La mueblería con razón social “El Emperador del Mueble”  fue incendiada el pasado 17 de julio por un grupo de hombres armados a plena luz del día.

El establecimiento atacado se encuentra en Avenida Central numero 38 del barrio San Agustín Atlapulco, en el municipio de Chimalhuacán.

Testigos de los hechos informaron  que hombres armados llegaron al lugar en una camioneta lujosa y bajaron garrafones con gasolina, entraron al negocio, amagaron a los empleados, rociaron el combustible e incendiaron el lugar.

Vecinos del lugar, al ver que se iban los sujetos dejando el local en llamas, intentaron apagar el fuego, pero fue inútil.

El fuego consumió rápidamente las salas, comedores, recámaras y demás muebles que se encontraban en el lugar.

En pocos minutos, las llamas se extendieron por los dos niveles de la mueblería y a pesar del esfuerzo de los comerciantes y vecinos, no lograron apagarlas.

Vecinos llamaron a la policia municipal, pero nadie llegó al lugar y comerciantes cercanos comentan que en ese barrio y en todo Chimalhuacán hay un grupo de extorsionadores que obligan a todos los comerciantes a pagar cuotas de ‘protección’.

Ninguno de los encargados del establecimiento resultó lesionado.

Anteriormente, comerciantes del barrio Xaltipac, denunciaron que varios locales comerciales fueron baleados durante la noche para presionar a sus propietarios a pagar cuotas de protección a grupos criminales.

Atacan tienda de abarrotes

Mientras tanto, el domingo 13 de julio, un grupo de delincuentes arrojaron bombas molotov a una tienda de abarrotes ubicada en la avenida Cielito Lindo casi esquina de la calle 8, en la colonia Esperanza de Nezahualcóyotl.

De acuerdo a versiones de testigos, los propietarios no quisieron pagar una supuesta extorsión, por lo que un grupo de hombres arrojaron bombas de fabricación casera a las cortinas del negocio, sin que hubiera lesionadas.

Después del ataque, el establecimiento permaneció cerrado, mientras sus propietarios se negaron a hablar sobre el motivo del ataque que sufrieron.