Al menos 17 mil personas gritaron al unísono “¡No somos bots, no somos bots!”, durante la marcha pacífica de la Generación Z, la cual al llegar al Zócalo capitalino se tornó violenta dejando un saldo de 60 policías lesionados y 40 personas detenidas.
La marcha partió del Ángel de la Independencia cerca de las 10:40 de la mañana de éste sábado, participaron desde mascotas, niños, jóvenes y adultos mayores.
“CdMx está con el Movimiento del Sombrero”, refiriéndose al legado y la lucha que dejó Carlos Manzo, alcalde de Uruapan asesinado los primeros días de Noviembre, una de las pancartas que más apoyaron en la marcha.
Música de banda y un dron con un sombrero colgando recorrió el cruce de Paseo de la Reforma y Av. Juárez.
“Carlos Manzo no murió el gobierno lo mató”, fue una de las consignas más sonadas.
Con banderas tricolor y la bandera de anime japonés “One Piece” el contingente avanzó por Paseo de la Reforma hasta la Av. Juárez, posteriormente cruzaron Eje Central, Lázaro Cárdenas y se incorporaron a 5 de Mayo, la cual los condujo hacia la Plaza de la Constitución.
Durante las casi cuatro horas de trayecto, la manifestación avanzó de manera pacífica, sin grescas ni destrozos, únicamente música, pancartas y consignas.
No fue así en el zócalo capitalino, donde un grupo de aproximadamente 150 personas inició la trifulca.
Piedras, tubos, latas de pintura, cohetones, cualquier cosa utilizaron como proyectil para atacar a los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) que se encontraban detrás de las vallas metálicas que resguardaban Palacio Nacional.
Con ayuda de cizallas, tubos y lazos lograron derribar por bloques, los muros metálicos.
Ante los embates, los elementos que solo portaban casco y escudos respondieron las agresiones con polvo extintor y gas.
Fueron casi dos horas de pedradas, golpes, gases, en las que también despojaron a algunos elementos de sus cascos y escudos.
Los manifestantes derribaban las vallas y celebraban, posteriormente los policías atacaban y avanzaban para evitar que los manifestantes llegaran a Palacio Nacional.
Fue minutos después de las 15 horas, que los uniformados avanzaron y lograron replegar a los manifestantes hacia 5 de Mayo y 20 de Noviembre.
Los cohetones seguían, todos con los ojos llorosos por el gas y el polvo extintor corrían sobre la plancha del Zócalo para resguardarse.
Aún sobre las calles aledañas continuaron los embates, hasta que fueron detenidas 20 personas, quienes fueron presentadas al Ministerio Público para deslindar responsabilidades y realizar las investigaciones correspondientes, así como la remisión de 20 personas más por faltas administrativas.
Durante la movilización también hubo manifestantes descalabrados, quienes fueron atendidos por voluntarios y paramédicos.
Además se registró la agresión a varios fotoperiodistas, entre ellos Víctor Camacho de la Jornada, quien fue golpeado y además le robaron su equipo y teléfono celular, presuntamente elementos policiacos.
De los 800 policías que participaron en la marcha, 60 de ellos resultaron heridos y fueron atendidos en el sitio con lesiones menores, mientras que 40 más fueron trasladados para recibir atención hospitalaria, 36 de ellos por contusiones, cortaduras y lesiones menores, y cuatro que reciben atención especializada por traumatismos y otras lesiones que no ponen en riesgo su vida.
“El Gobierno capitalino garantiza el derecho a la libre manifestación; sin embargo, rechaza categóricamente el uso de la violencia por parte de grupos de la derecha que, a falta de la confianza del pueblo, recurren al vandalismo, las agresiones y los daños a las personas y su patrimonio, alejándose de la vida democrática que hoy se percibe en todo el país con la consolidación de la Cuarta Transformación”, se informó en un comunicado.
De acuerdo con autoridades capitalinas, en el avance de la movilización, se registró el ingreso de alrededor de mil personas embozadas al Zócalo, quienes, de manera violenta, derribaron las vallas de Palacio Nacional con martillos, cadenas, alicates y el lanzamiento de proyectiles explosivos.
El secretario de Gobierno, César Cravioto, señaló en conferencia de prensa junto al secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez Camacho, que la convocatoria de la marcha confirmó su carácter provocador, pues buscaba generar daños y afectar instalaciones como Palacio Nacional y la Suprema Corte. Destacó que algunos dirigentes de la derecha encabezaron la movilización, donde participaron pocos jóvenes, y lamentó que la oposición recurra a la violencia en lugar de expresar sus diferencias de manera pacífica y mediante argumentos, alejándose del debate democrático.
Asimismo, explicó que las vallas colocadas en Palacio Nacional tenían como objetivo evitar confrontaciones entre manifestantes y cuerpos policiales, y que su derribo obligó a conformar una valla humana para impedir actos de saqueo y vandalismo.
La SECGOB instaló la Base Morelos para dar seguimiento en tiempo real a la movilización y desplegó a 180 servidoras y servidores públicos del Grupo de Diálogo y Convivencia. Su labor se centró en mantener comunicación directa, facilitar acuerdos y promover la convivencia durante todo el recorrido.
Al término de la marcha, los manifestantes continuaron enfrentándose con los elementos policiacos, por lo que un grupo se alejó e intentó ingresar a un Centro Joyero, ubicado en la calle Monte de Piedad, pero los mismos empleados se los impidieron, cuando rompieron la cortina de metal.
Debido a esta movilización, el caos vial y de transporte público reinó en la zona, pues se vio afectada la Línea 2 y 3 del Metro, la Línea 7 y la ruta Norte del Metrobús, por lo que las personas caminaron hasta 6 kilómetros para poder abordar un transporte público.
Fue cerca de las 16 horas que los elementos policiacos tomaron el control del primer cuadro, el cual permaneció blindado para evitar que los manifestantes continuaran haciendo destrozos y atacándolos.
