Julio César “N”, de 35 años de edad, alias “El Fresa”, presunto integrante de un club de motociclistas y señalado como vendedor de estupefacientes en la zona de Ciudad Cuauhtémoc en Ecatepec, fue ejecutado la tarde-noche del viernes, pero su asesinato intentó ser encubierto como un conflicto vial.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 18:30 horas sobre Avenida Nacional o libre México Pachuca, frente al Zorro Abarrotero de la colonia Pajaritos.
La víctima viajaba a bordo de un automóvil Volkswagen Beetle color azul, circulando por el carril confinado del Mexibús con dirección a Tecámac, cuando fue interceptado por dos sicarios a bordo de una motocicleta, quienes iban disfrazados como repartidores de la plataforma Didi Food.
De acuerdo con los primeros reportes, los agresores le dieron alcance, se emparejaron con el vehículo y desde la ventanilla del copiloto dispararon en repetidas ocasiones de manera directa, al menos dos impactos de bala en el rostro y cuello provocaron la muerte inmediata de Julio César.
Al sitio arribaron elementos de la policía municipal, estatal, Guardia Nacional y Marina, así como paramédicos de Protección Civil y del SUEM, quienes únicamente confirmaron que el automovilista ya no contaba con signos vitales.
Inicialmente, versiones oficiales intentaron manejar el hecho como un presunto altercado vial; sin embargo, tras la difusión del caso en redes sociales, comenzaron a surgir testimonios que identificaron plenamente a la víctima como “El Fresa”, conocido en la zona por su automóvil azul que solía presumir.
Durante la escena, autoridades acordonaron el área y cubrieron la unidad con sábanas, intentando impedir que testigos captaran imágenes con sus teléfonos celulares, minutos más tarde, familiares acudieron al lugar y confirmaron la identidad del fallecido como Julio César “N”., de igual forma, en el grupo de redes sociales “Biker Edomex” aparecieron comentarios y fotografías donde el hoy occiso posaba.
Ecatepec continúa sumido en una espiral de violencia, zona limítrofe con el municipio de Tecámac se ha convertido en un punto rojo, marcado por la disputa de territorio para la venta y distribución de droga, mientras la presencia y efectividad de las autoridades siguen siendo cuestionadas por la ciudadanía.
