TEJUPILCO, Méx.- 3 DE NOVIEMBRE DE 2018.- La falta de condiciones laborales, cartuchos y equipos, además, corrupción y abuso de autoridad de los mandos, están cocinando una revuelta entre policías de la Secretaría de Seguridad del Estado de México.

Elementos comisionados en la región sur son obligados a realizar operativos para desarticular grupos delictivos e incidencia común en unidades obsoletas, al grado de no contar ni siquiera con cargadores con balas.

En los recorridos, en sus armas apenas llevan la mitad de municiones en el mejor de los casos, lo cual los deja vulnerables para enfrentar a células del crimen organizado que se han asentado en la zona de «Tierra Caliente».

El maltrato laboral inicia desde que son asignados a ese punto, la mayoría se traslada del Valle de México o Toluca, unas dos horas como mínimo de traslado para llegar a cumplir con sus jornadas sin viáticos.

Al llegar a los cuarteles, las instalaciones evidencian el abandono, pisos de tierra y letrinas en mal estado forman parte de las condiciones inhumanas que deben vivir a diario los uniformados de ese destacamento.

El peligro incrementa cuando sus jefes deciden mandarlos a la sierra o zonas montañosas, van sin chalecos antibalas, un día completo en áreas boscosas sin alimentos, solo un jugo caliente y un pedazo de pan.

«En el cargador que es para 20 cartuchos, por muchos van 12, detuvimos hace poco a un delincuente tras un tiroteo y traía más de cuatro abastecidos, armas largas y cortas, tuvimos suerte», sentencia Frank.

Sin ambargo, analiza qué hubiera pasado si el enfrentamiento se da con un grupo más numeroso, «seguro ocurre lo de Almoloya de Alquisiras, aquí no hay equipo pero los comandantes se quedan con la gasolina de las patrullas», aseguró.

Añadió que los vehículos o camionetas están abandonados en un terreno, según por falta de combustible, pese a recibir la dotación normalmente, «las ordeñan, ellos andan con tanques llenos y nosotros apenas a la mitad», insistió.

La emboscada del fin de semana donde cuatro agentes fueron asesinados ha puesto en alerta a sus compañeros que piden garantías para desempeñar sus actividades, la Secretaría no salió a pronunciarse.

«Por eso nos están matando, hay gente que está sin armas, estamos indefensos, las unidades traen cámaras, no llantas, un apoyo en la sierra llega casi en una hora cuando ya perdiste la vida», reiteró Frank, como pidió que lo llamáramos.

Aunado a la falta de municiones, se da el problema que en el personal existen «voladores», práctica común en las corporaciones policíacas mexiquense, pagan a los mandos para no asistir a trabajar, solo a cobrar.

«Siempre trabajamos los mismos, ¿y los demás dónde están? Eso sí cuando hay pase de lista o evento aparecen todos, existe corrupción pero la Secretaría ni se aparece, a los compañeros ni homenaje le hicieron», denunció.

En los próximos días se contemplan manifestaciones, aunque muchos policías son amenazados para desistir, piden se erradiquen las rotaciones con distancias de más de dos horas y hacer una lista de los directores corruptos, entre otras medidas.