ECATEPEC, Méx.-6 DE AGOSTO DE 2018.- Una madre sin consuelo, destrozada  y vacía por  la muertes de sus hijos Karen y Erick, mientras el asesino  que resultó ser el primo  de las victimas presume ser famoso por los arteros crímenes, que a falta de leyes que castiguen a los menores que cometen graves delitos. solo  fue sentenciado  a cinco años de prisión   cuando merecía cadena perpetua, por  ser culpable del homicidio y feminicidio  del 4 de agosto del 2016  en la colonia Viveros Tulpetlac.

Luis Enrique Zaragoza Mosso, alias «El Pocoyo», fue el sujeto que gozo  de privilegios  que otorga la justicia, que carece de leyes para juzgar por delitos graves a menores de edad, solo fue trasladado a tutelar de menores de Zinacantepec, después de que se comprobó, que fue el responsable del crimen de su primo Erick de tan solo 12 años de edad y de la violacion y el asesinato de  Karen, hechos que destruyeron la vida a su madre Sacrisanta, quien recordó hace unos días que sus pequeños que estaban llenos de sueños, cumplieron dos años de que no están mas a su lado.

Sacrisanta, durante el inicio de la caminata que realizó, como homenaje fúnebre al cumplirse dos años de que  encontró a sus hijos Karen y Erick, asesinados dentro de su casa en la calle Eucalipto, hizo hincapié, de la impotencia que siente al recordar que su sobrino, Luis Enrique que fue detenido  en el mes de marzo del 2017, cuando tenía 17, quedará libre en cuatro años, para continuar su vida, sin recibir el castigo que merecía, por el dolor que les causó a sus hijos antes de morir.

Explicó que el  «Pocoyo»,  con el que sus hijos convivían, solo observaba su sufrimiento que tenía, por la desesperación de encontrar a los responsables de los arteros crímenes,  sin imaginar que el enemigo que la veía  llorar diariamente estaba en su propia familia.

Recalcó, que Karen,  quería ser abogada para ayudar a la mujeres y  Erick el pequeño que deseaban estudiar robótica y estaba contento porque entraría a la secundaria, no le hacían daño a nadie y la maldad del hombre que debió cuidarlos, les arrebató sus sueños, al matarlos de una manera tal  cruel.

Llena de dolor,  al cumplirse el pasado 4 de agosto dos años de la partida de sus retoños, Sacrisanta, señaló ante un grupo de personas, la foto del asesino, a  quien acusó de presumir  en el tutelar ser  famoso, por haberle dejado su vida vacía,  al matar  y violar a Karen y  asesinar  a Erick, menores que tenían una futuro por delante.

Sacrisanta, la mujer que tuvo que dejar su hogar donde fue feliz con sus niños,  por ubicarse a un lado de la casa del preso,  hijo de su hermana con la que se rompieron las relaciones, a un sigue inconforme,  por la sentencia que recibió el peligroso criminal, que ya cumplió la mayoría de edad y que insistió merecía la pena de cadena perpetua.