TOLUCA, Méx.-17 NOVIEMBRE 2017.- En una hoja de cuaderno, Conrado Estrada lleva los nombres de los jueces que han ordenado reabrir el caso de los sujetos que secuestraron a su hija, a pesar de que estaban sentenciados, teme puedan reducirle la pena o quedar en libertad.

En los últimos cuatro años, vio infinidad de veces a los nueve delincuentes a los que tuvo que entregarle dinero que no tenía por la libertad de Minerva, durante el proceso en los juzgados de Almoloya de Juárez.

La banda detenida fue sentenciada a más de 30 años de prisión, por el delito de secuestro, uno de los más penados en el Estado de México, después de casi 50 meses de que su primogenita que estaba embarazada fuera privada de la libertad.

La inseguridad que se vive en la entidad, obligó a la mujer a mudarse a Estados Unidos para retomar su vida después de la pesadilla, ahora el temor es latente porque las autoridades han aperturado su caso, tendrá que regresar a declarar.

«Estan reabriendo el caso, dicen que se cometió una falta administrativa pero entre ellos, es algo inhumano, mi hija quedó muy afectada y ahora quieren que vuelva a ver a sus secuestradores, no es normal», reprocha el padre de la víctima.

Los hechos ocurrieron el 18 de abril del 2013, cuando los imputados secuestraron a la hija de Conrrado Estrada que estaba en gestación en una ferretería, posteriormente la llevaron a una cueva del poblado de San Pedro Buenos Aires en Villa Guerrero donde la mantuvieron cautiva.

Para ser liberada, en primer momento los delincuentes pidieron 7 millones de pesos, tras una negociación se entregó el diez por ciento de lo pedido inicialmente, los hechos fueron denunciados por lo que fueron detenidos nueve involucrados que fueron ingresados a un penal.

Los asegurados, entre ellos, dos mujeres fueron vinculados a proceso y sentenciados luego de cuatro años en Almoloya de Juárez, pero los jueces Ernesto Montoya, Héctor Téllez y Víctor Mejía dictaminaron reaperturar las indagatorias el pasado 3 de octubre, indicó el papá.

“Quedó muy afectada, Dios es muy grande y no le hicieron nada, esperaba a mi primer nieto cuando la secuestraron, decidió vivir allá, ahora que hablamos de esto, tiene miedo de regresar para ver nuevamente a sus secuestradores, nosotros también que salgan libres”, menciona.

La familia vive con el temor de recibir represalia, piden a las autoridades mexiquense que no sea un caso más de impunidad y se castigue a los responsables, en su momento todas las pruebas se aportaron por lo que fueron sentenciados ahora no entiende por qué reabrieron su caso.