Estudiantes del Instituto Tecnológico de Toluca mejoraron el diseño de caretas para personal médico y fabricaron algunas con tecnología 3D, que posteriormente donaron a nosocomios del Valle de Toluca, donde se atienden casos de Covid-19.

Eduardo Reséndiz Albarrán y Salvador Nieto Sánchez, estudiantes emprendedores a través de su proyecto al que han denominado IBQ, impulsaron la iniciativa “Inventores Mexicanos” con la finalidad de sumarse a la elaboración de caretas de protección para personal en hospitales, logrando así, realizar mejoras en el proceso de manufactura en impresión 3D.

Reséndiz Albarrán, explicó, que si bien mucha gente se sumó a la elaboración de caretas para protección de personal de salud usando impresoras 3D, debido a que el proceso es lento y poco económico, se requería actuar con rapidez ante la pandemia de Covid-19 en las primeras etapas, por lo cual decidieron realizar diferentes mejoras a partir de sus conocimientos en ingeniería.

“En IBQ, nos consideramos emprendedores sociales, siempre hemos buscado dar acceso a la población a herramientas que en México se consideran de primer mundo, pero también nosotros los ingenieros de este país somos capaces de generar lo mismo”

Salvador Nieto, socio de IBQ y estudiante de Ingeniería Mecatrónica del ITToluca, fue quien se dio a la labor de resolver tanto la disminución de tiempo de fabricación (ya que de forma normal puede llevar de 1 a 5 horas elaborar una sola careta), como de optimizar el consumo de materiales, pero también hacer un diseño propio de careta, ya que las existentes en el mercado en impresión 3D, no eran factibles para una manufactura más económica.

Lo anterior implicó, dijo, Salvador Nieto, realizar adecuaciones a las impresoras 3D e incluso, diseñar 2 nuevas más, con las cuales se optimizó el tiempo de elaboración de entre 30 a 35 minutos, pero también lograr imprimir 2 caretas de forma simultánea en una sola impresora, además de optimizar el material de PLA con las que están hechas, así como, hacer un diseño propio de la careta, el cual fue compartido en plataforma de conocimiento de acceso abierto, con la única restricción de no utilizarse para fines comerciales.

La careta tiene un costo aproximado de doce pesos y fueron entregadas en hospitales públicos del Valle de Toluca en un kit que contempla, un cubre bocas genérico, 2 acetatos para cambiar la parte frontal de la careta, la diadema impresa en 3D que sostiene el acetato que cubre la parte frontal y que se caracteriza porque no existe vacío entre la frente y la careta de acetato, sino que todo está cubierto, y el resorte que sostiene la estructura, acompañado de un instructivo de uso e higiene, que en su conjunto alcanza un valor de veinticinco pesos.

Sin embargo, recalcó que las caretas son una barrera de protección de último recurso, debido a que ningún emprendedor que contribuyó en la elaboración de diversos tipos de caretas tiene tiempo suficiente como para someter a prueba su producto y poder certificarlo ante las instancias correspondientes; en el caso, de su diseño, las piezas son sanitizables siguiendo el instructivo que se les da cuando se les dona el kit, no obstante en caso de ser utilizada con pacientes de Covid-19, debe ser desechada y no es reutilizable.