Karina Gómez Chávez, junto con sus padres, muestra unas pancartas, en ellas, lleva las fotografías de sus hermanos, quienes fueron secuestrados después de asistir a la Feria de San Isidro en Metepec, el pasado 4 de mayo, desde entonces no saben nada a pesar de pagar el rescate.

Raúl y Cristian tenían 20 y 16 años de edad cuando fueron plagiados, la familia, por el miedo no denunció el caso, juntaron el monto que les pedían los captores, cerca de 350 mil pesos en efectivo, además, entregaron un coche, sin embargo, nunca los liberaron, relata la joven.

A casi 50 días de ser privados de la libertad, desconocen el paradero de los muchachos que vivían en la colonia San Mateo Oxtotitlán, en Toluca, este día realizaron una manifestación frente a Palacio de Gobierno para pedir la intervención del gobernador Alfredo del Mazo Maza.

La mujer relata que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México logró detener a dos hombres acusados de participar en el delito, pero ninguno quiere aportar información para dar con su ubicación, tiene la esperanza de encontrarlos con vida o al menos saber el paradero.

Ese sábado, el estudiante de preparatoria y su hermano, quien ayudaba en un negocio familiar, llamaron a su casa para decir que se encontraban en un bar en el Pueblo Mágico, al parecer en la feria anual del municipio, horas después volvió a sonar el teléfono, empezaba la pesadilla.

Eran cerca de las 2:00 de la madrugada del domingo al momento que recibieron la primera amenaza, “tenemos secuestrados a sus hijos, esto no es un juego, junten dinero y no llamen a la policía”, fue la advertencia que recuerda le hicieron, mientras una angustia invade sus cuerpos.

Minutos después les volvieron a marcar y todo se tornó más violento, el miedo los invadió y como pudieron reunieron parte del dinero que querían, lo entregaron en La Marquesa, les dijeron que fueran a un punto en Querétaro donde les entregarían a sus hijos, pero nunca regresaron.

Al no tener noticias, acudieron a levantar una denuncia formal ante las autoridades, Karina narra que los delincuentes les enviaron fotos, “estaban vendados de los ojos, amarrados y ensangrentados, por eso decidimos darles lo que pedían”, insiste al observar las fotografías de ellos.

Al paso de los días fueron notificados que había dos personas detenidas que presuntamente participaron en el secuestro, pero no quieren decir en qué lugar abandonaron los cuerpos o si los mantienen cautivos, lo que agudiza el viacrucis que a diario sufre todo el seno familiar.

En ese tiempo han recorrido municipios e incluso han visitado los Servicios Periciales en busca de Raúl y Cristian, quienes al parecer fueron llevados a una casa de seguridad en la zona del Valle de México, pero no han obtenido ninguna pista aumentado la angustia de todos.

En media de una protesta piden que el gobierno tome su caso para obtener avances, por lo menos para encontrar sus restos, de no tener respuesta van a seguir replicando las marchas, piden a la ciudadanía sumarse para ayudar compartiendo los datos y fotografías de los jóvenes.

“Solo queremos saber dónde están, es muy difícil lo que estamos viviendo, ojalá nos ayuden a difundir nuestro caso para que nos volteen a ver”, reitera la mujer.