«Quiero jugar sin miedo», se leía en una pancarta que una niña cargaba al salir a protestar por el feminicidio de Wendy Joselin que volcó a cientos de mujeres en su mayoría jóvenes en el municipio de Xonacatlán.

La muerte de la estudiante de 16 años de edad, ha desatado una ola de indignación por el incremento de la violencia que viven a diario las personas del sexo femenino en esta demarcación y todo el Estado de México.

Las manifestantes utilizaron cruces, globos y cartulinas para visibilizar la problemática que vive la entidad en los últimos años, las consignas para pedir seguridad retumbaron en las calles del centro.

La caminata inició en el emblemático Crucero de la carretera Toluca-Naucalpan, a donde empezaron a llegar las personas para partir al Palacio de Gobierno local, antes de mediodía inició la exigencia de justicia.

Familias subieron a las azoteas de sus casas o salieron a los balcones para seguir el paso de la marcha, mientras transeúntes observaron el paso del contingente que reunió a más de 500 habitantes.

Al llegar al domicilio de la menor que soñaba con ser abogada todos cantaron «Amor eterno», provocando las lágrimas de la abuelita y tíos, fue el momento más emotivo de la movilización que concluyó en la presidencia.

Ahí exigieron seguridad para todas, previo a la protesta conocidos de la muchacha reprocharon la insensibilidad del gobierno local que se negó ese día a facilitar unas patrullas para realizar recorridos de búsqueda.

«Solo pedimos justicia por mi sobrina, no se merecía lo que le hicieron, nosotros no creemos que haya muerto por una causa natural como nos han comentado en la Fiscalía en Toluca», dijo Berenice tía de Wendy.

En suelo mexiquense durante los primeros dos meses del año, fueron asesinadas de forma violenta 61 mujeres; sin embargo, únicamente 26 casos han sido tipificados como feminicidios, el resto como homicidio doloso.