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Ofelia, el brutal feminicidio cometido en casa de gente rica e intocable

POR: / 8 de noviembre de 2017

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ECATEPEC, Méx.- 8 DE NOVIEMBRE DE 2017.- Han pasado mas de tres meses, que Ofelia Salazar Carrillo 31 años de edad,  fue asesinada en una casa donde trabajaba como empleada doméstica en  Chiconcuac y solo porque su esposo quien reclama justicia es de escasos recursos, las autoridades lo han ignorado, para realizar la investigación  y dar con el  asesino.
Ricardo Chávez Quintana, esposo de Ofelia,  con la que llevaban mas de 11 años  viviendo juntos y que se habían casado hace 16 meses, con residencia en la colonia La Laguna Chiconautla  ubicada en este municipio,  donde fue entrevistado, dijo que su vida cambio  luego de que su mujer salió  a trabajar el día 4 de agosto cerca de la mañana  rumbo Chiconcuac
.
Ricardo que se desempeña como empleado de la construcción, explicó que su esposa se despidió de él le dio un beso, un abrazo y se fue a la casa ubicada en Cerrada de Chiconcuac sin número de la colonia  Barrio de San Pedro,  donde era empleada doméstica, por  dos a tres días de la semana desde hace un año y medio.
«Mi preocupación surgió porque al llegar las 17:00 su hora de salida, ella no me llamó por teléfono, como lo hacía diariamente, para preguntarme que hacia falta y pasar a comprar, ahí surgió mi preocupación y  deje pasar diez minutos y no contestó, porque  su celular me mandó a buzón y así intente varias veces, por lo que llamé a su familia y tampoco sabían nada de ella, porque, desde la una de la tarde no les había contestado el móvil», relató.
Indicó, que ese  día solo  iba a darle de comer a cuatro perros y a lavar la cisterna y que inclusive debió salir antes, porque  hay dos empleadas más que se rolan los días para realizar las labores de ese hogar, cuya dueña es  María Dolores Serna García que es directora  de la empresa de cosméticos Mary Kay y Francisco Martinez Farfán, su esposo el arquitecto que trabaja como gerente en una  sección de la Comisión General de Electricidad no se encontraban.
«Le hablé  también a mi familia, quienes llegaron cerca de las nueve de la noche y me acompañarían a buscarla, cuando me  habló por teléfono la dueña y  me dijo   es usted el esposo de Ofelia y le dije  que no la localizaba que ya iba para su casa, pero me respondió que no fuera porque había mucha vigilancia, hay muchos policías y te van a levantar, pero me extrañaron sus palabras porque me dijo que mejor  buscará a una de sus trabajadoras que estaría  en un carro blanco en la central de abastos esperándome para llevarme», aseveró
Ante esta situación Ricardo, le explicó a la patrona de su mujer, que el llevaba coche,  y la señora le dijo que los alcanzará y los siguiera y eso hizo.
Recordó que fue pasado  de las diez de la noche, cuando llegaron al lugar, al ver  todo cerrado, preguntaron a los vecinos que si habían visto a alguien de la casa, sin que pudieran informarles.
«El acompañante de la trabajadora de la dueña, que viajaban en el auto blanco, se asomó por una rendija, y dijo, la puerta de adentro está abierta, hay luz, algo malo pasó y, yo le hablé a otra de las empleadas domésticas  que tenía llaves para que abriera, quien amarró a una perra de la raza Alaska y así nos metimos, desesperado  empece a gritar  Ofelia , Ofelia dónde estás», narró.
Con la voz cortada, señaló, que el señor con el que  iban,  le dijo que se detuviera, porque había una mancha de sangre, por lo que presintieron que algo malo había pasado.
«Caminamos  unos pasos más adelante y encontramos un charco  de sangre mas grande, me asusté y me seguí unos pasos hasta el fondo, donde estaban unas escaleras y  la vi, estaba tirada  boca abajo y eso lo recuerdo bien y está asentado en mi declaración y grité Ofelia, Ofelia y el señor que estaba con nosotros dijo no toquen nada porque es la escena del crimen y perdí el  conocimiento», recalcó.
Después  que recobró el conocimiento, dijo  que lo levantaron y lo sacaron a la calle, donde aún no se recuperaba de la impresión, mientras su hermana y su sobrina caminaron unos metros hacia la avenida para pedir apoyo a una patrulla, porque en el lugar no había ninguna unidad como lo había mencionado María Dolores la dueña de la casa.
Mientras eso pasaba, escuchó que una de las empleadas que atiende la cafetería de la dueña ubicada en San Cristóbal, le hablo por teléfono para contarle que  una tragedia  había ocurrido en su casa y ya no supo que más, hablaron porque se metió nuevamente a la  vivienda, lo que se le hizo sospechoso.
Después de quince minutos, llegaron las patrullas, ambulancia y peritos, y una mujer paramédicos que lo atendió,  porque se le subió la azúcar y le informó que su esposa ya no contaba con signos vitales y sintió que moría  e impactado porque no podía creer lo que pasaba,  se quedó sentado  en la calle  hasta las cinco de la mañana que sacaron el cadáver  y se trasladaron a Texcoco a declarar.
«Ahí, hice mi denuncia y realicé  mi declaración  donde especifique que César  de alrededor de 35 años de edad,el hermano de la dueña,  que padece esquizofrenia ese día pudo haber ido a podar el pasto, por lo que debía ser investigado», contó Ricardo aguantando las ganas de llorar
Estos hechos quedaron registrados en la Carpeta  con número de NUC: TEX/AMX/100/16448/17/08 y NIC: TEX/AMX/00/111/176/00233/17/08,  y  recalcó que a su sobrina, la sacaron  y  no dejaron declarar, a pesar de que ella entró con los policías y fue testigo de como se encontró el cuerpo y donde fue la escena del crimen y hasta la fecha no le han querido tomar su declaración con el argumento de la falta de tiempo de las autoridades.
La acta de defunción que le entregaron, especificaba que fue apuñalada con arma punzocortante en el cuello y tórax, pero no decía, nada  de las heridas que presentaba en su mano, que se presume metió para poder defenderse del ataque, pero no quisieron decirle que mas encontraron durante el peritaje, ni quien y porque movieron el cuerpo de donde fue encontrado.
«La velé en nuestra casa, y la sepulté en el pueblo de Zitácuaro  Michoacán,  de donde era nativa,  junto al cuerpo de su suegro,  quien falleció hace siete meses, eso porque ella, hace meses platicando del tema  me dijo que si moría,  la llevaran a donde estaba su padre sepultado» , con un nudo en la garganta platicó.
Fue a los 12 días que se presentó en Tlalnepantla, acompañado de su hermana y un abogado, cuando llegaron los dueños, escoltados con cuatro personas más,  y el comandante de inmediato los pasó para atenderlos y a ellos los ignoró, solo por no contar con recursos económicos.
 «Llegó  un hombre  que trabajaba en Contraloría, que lo defendió, y le dijo al comandante que tenía que atenderlos porque él era la víctima y no a los dueños de la casa donde asesinaron a la mujer y fue así como me pasaron y el comandante me dijo  ese día, ya supimos que el hermano de la dueña  ese día iba ir a  esa casa a cortar el pasto, por lo que el es principal sospechoso y hay testigos de que eso me dijo», precisó.
Lo raro dijo, que ese mismo agente  de investigación de la Fiscalía Mexiquense a  los ocho días, quiso  voltear y manipular el caso para que  los dueños y su familiar no se vieran involucrados y  ahora culpar a uno de sus familiares, por ese crimen y  por un presunto robo que nunca existió.
«La  dueña María Dolores Serna, al saber el resultado del peritaje quiso cambiar toda la versión, para proteger a su hermano que padece Esquizofrenia,  e inventó un robo que nunca existió  e inclusive culpó a los policías de que ellos se habían llevados todas sus prendas de valor, cuando mi sobrina con los uniformados revisaron todo el lugar, para ver si el asesino estaba adentro, y el lugar estaba intacto, nada se había movido y armó solo un teatro, para que ya no los investigaran y aseguró que nosotros somos una bola de indígenas y que no nos harán  caso», explicó molesto.
«Lo recuerdo bien, el cuerpo de mi esposa, estaba junto a unas escaleras, traía un sostén negro y su pantalón, y cuando yo vi una foto resulta que apareció en la cocina y con  el pantalón mojado,  estoy seguro que le echaron la botella del cloro, e inclusive se veía una mordida de un perro en el cuello , por lo que el cuerpo lo alzaron y lo movieron del lugar,  pruebas que arrojó el peritaje y eso sucedió mientras mi sobrina y los policías revisaron la casa y las únicas que se quedaron en la planta baja fueron  sus empleadas», dió a conocer Ricardo.
Han pasado ya más de tres meses, y  hasta la fecha,  agentes de la Fiscalía  se han olvidado del caso y los primeros días solo le pidieron los números telefónicos de sus familiares para interrogarlos, pero  al hermano de la dueña, que es el principal sospechoso no lo han investigado.
Triste al recordar que su esposa ya no está, recalcó, «quien mató a mi mujer,  conocía la casa, no forzaron puertas, no robaron nada y  dejó la puerta abierta para que la perra Alaska entrara y al parecer mordiera la parte del cuello  donde fue apuñalada y además corto las líneas de internet y de teléfono y según el resultado del peritaje  Ofelia, murió minutos después de las cuatro de la tarde».
Por lo que ahora,  ante la apatía de las autoridades para resolver el artero  feminicidio, la organización de Solidaridad por las Familias y un grupo de abogados así como organizaciones  de Derechos Humanos, apoyarán a Ricardo para presionar al Fiscal de la entidad mexiquense, para que se tomen cartas en el asunto y encuentren al agresor, que se presume la asesinó, al intentar defenderse  de un  aparente abuso sexual, al ser despojada de su blusa.
«Me mataron a mi compañera, a quien amaba, he entrado en estado de depresión, e inclusive estoy en terapias psicológicas, se me ha quitado el hambre, y por andar buscando se haga justicia, a veces tampoco trabajo y tengo problemas para dormir, porque la extraño, ella  me dijo que se saldría ya de trabajar en este mes, para mi esto es una pesadilla, quiera fuera una mentira,  se que yo no tengo dinero por eso las autoridades no me hacen caso, pero lucharé, para que se castigue al que destrozó mi vida, mi hogar  y me dejo sin ilusiones», recalcó.
Ricardo, exige justicia, para que el crimen de su mujer, con la que iba iniciar un tratamiento para que se embarazara y pudieran tener un hijo, no quede impune, ya que presiente el hermano de la dueña, a quien no le hicieron ninguna prueba, presiente fue quien le arrebató la vida y si no hubiera  ido a buscarla, seguro el cuerpo estaría desaparecido

Han pasado mas de tres meses, que Ofelia Salazar Carrillo 31 años de edad,  fue asesinada dentro de una casa donde trabajaba como empleada doméstica en  Chiconcuac y solo porque su esposo quien reclama justicia es de escasos recursos, las autoridades lo han ignorado, para continuar con la investigación del caso y dar con el  asesino.

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