Cada día se registran en México al menos 997 nacimientos diarios por parte de mujeres de entre 10 y 19 años de edad, alrededor del 10% de los cuales corresponde al Estado de México, donde si bien existen apoyos para madres adolescentes, aún se carece de programas específicos para atender a los padres menores de edad, un sector ausente en las políticas públicas mexiquenses y del país, para atender este fenómeno.

René Reyes Hernández, integrante en el Estado de México de las Redes Estatales de Jóvenes por los Derechos Sexuales y Reproductivos REDefine, explicó que esta problemática está generando impactos en las nuevas generaciones masculinas, debido a la carencia de estudios de fondo y de programas que atiendan la paternidad adolescente y sus consecuencias, pero también con una visión preventiva.

Ahondar en la problemática del padre adolescente en estos momentos es complicado desde el punto de vista del experto, psicólogo y sociólogo, ya que son las adolescentes mujeres las que han sido puestas en el centro del debate, desde que hace más de una década, comenzó a observarse un aumento en los embarazos de menores de edad, sin cuestionarse en esos momentos, el efecto de la paternidad en jovencitos que hoy por hoy, también enfrentan severas repercusiones en sus vidas, por lo que en este tema, la discriminación de género está de su lado.

Mencionó que actualmente se están presentando, de acuerdo a cifras oficiales, un promedio de 73.6 embarazos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad, sobre todo mujeres, pero no existe un dato exacto del número de hombres adolescentes que enfrentan la misma problemática, ya que no siempre se trata de parejas con la misma edad.

Explicó que de acuerdo a un estudio realizado por el Instituto Simone de Beauvoir y REDefine, las causas más frecuentes del embarazo adolescente tiene que ver con el escaso acceso a la información y servicios integrales de salud sexual y reproductiva dirigidos específicamente a este sector (sean mujeres u hombres); desabasto de anticonceptivos, falta de acceso a servicios de aborto legal y seguro, falta de servicios amigables para adolescentes y estigmatización sobre la sexualidad y discriminación.

Reyes Hernández, explicó que actualmente han sido mayormente documentadas, las consecuencias de los embarazos en la niñez y la adolescencia en mujeres, pero no tanto en hombres, sobre todo a razón de que se está observando que hay cada vez un mayor interés entre las nuevas generaciones de hombres, de participar en la crianza de sus hijos y en resolver problemáticas relacionadas con la nueva paternidad, aun siendo precoz.

Pese a la carencia de estudios a profundidad, es frecuente encontrar casos de discriminación de adolescentes hombres a quienes se les niega el acceso a sus hijos, se les retiran o limitan sus derechos –ya sea por parte de la madre o familiares de uno u otro lado-, lo que significa una severa violación a sus derechos.

Otros impactos significativos, tienen que ver con que se ven truncados sus proyectos y expectativas de vida, tienen menos posibilidades de mejorar su situación socio económica (con una persistencia de la pobreza), deserción escolar y reducción de la escolaridad, estos últimos impactos, tanto en la vida de madres como de padres adolescentes que asumen la maternidad o la paternidad.

En este sentido, consideró que se requieren nuevos instrumentos legales que garanticen los derechos de los padres adolescentes, así como políticas públicas de apoyo tanto en lo jurídico, como en lo académico y lo laboral, pues los padres adolescentes se ven sometidos a una fuerte presión social y familiar, para cumplir con roles para los que no han sido preparados.

Por otra parte y de acuerdo a datos de REDefine, en 2016 en todo el país se reportaron 383 mil embarazos; mientras que el sistema de epidemiología del gobierno estatal, para el 2017, reportó 16 mil 964  «egresos hospitalarios» de mujeres de 15 a 19 años de edad» por «eventos obstétricos» (69,7%); así como 2 mil 376 egresos por aborto y mil 401 casos de trastornos hipertensivos asociados al embarazo.