ECATEPEC, Méx.- Ya se  cumplieron dos años del artero asesinato de la joven Mariana Joselín, cuyo carnicero feminicida que la privó de la libertad y de la vida en Las Américas, huyó y sigue prófugo de la Justicia.

Los sueños de Mariana Joselín  Baltierra Valenzuela, de tan solo 18 años de edad fueron truncados, después de que desapareció, a unos metros de su casa cuando se dirigió a la tienda en el Fraccionamiento Las Américas,  el 27 de julio del 2017.

Sus padre comenzaron una intensa búsqueda,  levantaron su denuncia por desaparición e inclusive colocaron carteles en la tienda junto a la carnicería sin imaginar que su hija estaba en ese lugar, aunado a eso les  negaron el acceso a las cámaras del C5 para poder observar quien se la había llevado.

Un día después se reportó el hallazgo del cuerpo sin vida de una joven dentro de una vivienda donde se ubica una carnicería con razón social «Carnicasa», ubicada entre las avenidas Independencia y José María Morelos.

La terrible noticia llegó a sus padres, a quienes informaron  se  trataba de Mariana, quien había sido asesinada por  Juan de la Cruz Quintero Martínez de 31 años, el hombre que tenía alrededor de 20 días laborando como carnicero, mismo que un día antes la privó de su libertad y huyó después de cometer el artero crímen.

Las imágenes del feminicida, fueron difundidas y los padres  de la  Mariana la jovencita que estudiaba la preparatoria y que no le hacía daño a nadie, llenos de dolor exigieron Justicia.

El sufrimiento de sus padres continúa, al saber que el carnicero a quien conocían como «el guero», sigue libre y ante la desesperación de encontrarlo la madre de Mariana, ofreció su vida a cambio de la del femenicida.

Ya se cumplieron dos años del cruel crímen y apesar que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México  ofreció una recompensa de 500 mil pesos, a quien proporcione datos veraces para  localizar al asesino, no han podido encontrarlo y la familia sigue esperando se haga justicia y que Juan de la Cruz Quintero Martínez pague por destrozar un hogar.