Un profesor de licenciatura  del INBA es acusado de amenazas, ataques psicológicos, lesiones y abusos sexuales por parte de alumnas con las que   mantuvo relaciones de 2015 a 2018, a las que amenazaba y golpeaba abusando de su posición de poder en diferentes escuelas de nivel superior.

Se trata de José Federico Durán Pérez, de 38 años de edad, docente de la licenciatura de diseño en la Escuela de Diseño del Instituto Nacional de Bellas Artes y en la Universidad Iberoamericana, donde abusó de al menos siete alumnas y ex alumnas, de acuerdo con una denuncia presentada ante las autoridades de la Ciudad de México.

Narraron algunas de sus víctimas que Durán Pérez comenzaba al acercarse a ellas por cuestiones académicas y luego abordaba temas personales para lograr la confianza de las jovencitas, hasta el punto de alabarlas y tratarlas como especiales.

Una vez logrado el primer objetivo, el sujeto obtenía contacto a través de teléfono y redes sociales, donde continuaba con su acoso, ya que posteriormente se supo que todas las afectadas recibieron los mismos mensajes e incluso fotografías explícitas.

Mencionaron que el agresor, en varios casos tutor de proyectos de titulación, las invitaba a su despacho de diseño, siempre con su posición de jerarquía, lugar donde eventualmente la relación se tornaba sexual, a pesar de que el hombre mantiene un matrimonio que él mismo ocultaba o minimizaba, siempre manteniendo su vida personal alejada del conocimiento de las estudiantes.

Posteriormente, la relación se tornaba enfermiza cuando el profesor las buscaba a las puertas de sus casas sin importarles su vida privada para hacerlas sentir vulnerables.

Denunciaron las víctimas que el sujeto se vanagloriaba del número de alumnas con las que había tenido relaciones sexuales, siendo este un tema recurrente incluso en la intimidad donde les obligaba a tener relaciones con él y otras personas, en ocasiones al mismo tiempo, todo bajo amenazas.

Una de las estudiantes narró un evento en el que Federico Durán la sometió para tener relaciones sexuales en el baño de unas oficinas, hecho por el que ‘se disculpó’ inmediatamente después de culminar la violación.

Asimismo, narraron que en algunas ocasiones trataba de inducirlas al suicidio, ya que “les gustaba mucho jugar y arriesgar, y que a veces no medían el riesgo”.

También, el sujeto creaba historias de trastornos mentales que supuestamente sufría para mantener cerca a las víctimas, ya que afirmaba que se suicidaría y tomaba acciones violentas como golpear objetos o a las propias estudiantes, a quienes en varias ocasiones violentó y les mencionaba frases como «la próxima vez te voy a matar yo para asegurarme de que no despiertes».

«Un día me reuní con mis amigos después del trabajo para platicar y ponernos al corriente, me preguntó a qué hora regresaría a la casa (donde ambos vivíamos) y le dije un aproximado, la reunión se prolongó y regresé una hora más tarde de lo que había dicho, por lo que se mostró molesto y comenzamos una discusión que derivó en que le dije que ya no me sentía cómoda con él. Se enfureció y me arrastró por el suelo jalándome del cabello, me torció los brazos y me lanzó contra unas bicicletas, dejándome varias heridas y moretones, posteriormente me corrió de la casa», dijo una de las estudiantes.

Fue meses después que supieron el número de víctimas, por lo que denunciaron los hechos en una agencia del Ministerio Público de la alcaldía de Cuauhtémoc, donde se inició la averiguación FDS/FDS-1/UI-FDS-1-02/566/09-2018, lugar donde también se les informó que muy probablemente no procedería ya que los hechos ocurrieron meses atrás y no había pruebas, ya que las heridas habían sanado.

Las afectadas dijeron que el agresor fue cesado recientemente de Bellas Artes, pero continúa impartiendo clases en la Universidad Iberoamericana, por lo que esperan que se difunda el caso ya que Federico es una persona peligrosa, manipuladora y que miente para obtener beneficios personales.

Asimismo, piden que se investiguen más probables casos ante lo que dijeron se trata de un feminicida en potencia que en cualquier momento puede cometer un crimen mayor.