Policías municipales sacaron de  galeras a varios detenidos, con el plan de llevárselos para después dejar en libertad  a quienes sorprendieron arrojando por las calles propaganda de  guerra sucia contra Morena, morenistas lograron  retener solo a uno de los cuatro  implicados.

Tras horas de espera a las afueras de la delegación de Los Arcos, donde integrantes del partido Morena esperaban ser atendidos por la juez conciliador,  Jessica Salazar Barrera, y la presencia de un representante de la Fepade para denunciar el delito electoral, poco a poco fueron arribando elementos de la policía municipal.

Sorpresivamente, más de quince sujetos que se hallaban detenidos en ese lugar fueron sacados  de las galeras, al darse cuenta los morenistas de que  los hombres que ellos denunciaron iban  mezclados entre esas personas, los interceptaron y lograron retener solo a uno de los cuatro implicados en el delito electoral.

Estos hechos sucedían cuando policías estatales pasaban por el lugar, a los que los afectados solicitaron su apoyo para poder detener al imputado y acusaron a la juez de ser cómplice de la evasión que se llevó a cabo.

A petición de los denunciantes, los oficiales estatales procedieron a trasladar al  Ministerio Público de San Agustín al sujeto que alcanzaron a evitar que los municipales se lo llevarán, con el fin de que no fueran presentados al Ministerio Público.

El detenido fue puesto a disposición del agente de la Fiscalía por el delito electoral al tirar por las calles volantes de desprestigio contra Fernando Vilchis, candidato de Morena a la alcaldía de este municipio.

Además, también presentarán su denuncia contra la encargada de la conciliadora por el delito de evasión.

Cabe mencionar que estos acontecimientos que son parte de la guerra sucia que se ha desatado los últimos días  con el objetivo de desprestigiar al abanderado de Morena, que además se destaca como el favorito para ganar las elecciones que se llevarán acabó el próximo domingo.

Hasta el momento solo se supo que los detenidos fueron contratados por una persona del PRI, de la que no proporcionaron nombre, y  la que les pagaría 500 pesos por persona para arrojar por las calles la propaganda negra.