AMECAMECA, Méx.- 1 DE NOVIEMBRE DE 2017.- Con toda una tradición milenaria por las festividades de los fieles difuntos, en cada rincón de México existen rituales diferentes, pero todos con un objetivo en común, el cual es conmemorar y recordar a los seres queridos.

Luis López Rivera, cronista municipal de Amecameca, durante un recorrido realizado en los panteones municipales, explicó el origen que tiene nuestra tradición milenaria de conmemorar a los fieles difuntos y todos los santos.

Desde la época prehispánica, la muerte ha tenido un papel muy importante en la vida de los mexicanos, la cual es respetada y venerada como en estos días donde se recuerda y venera a los fieles difuntos, familiares y amigos que han partido al más haya.

La ofrenda que se coloca en los hogares representa una forma de compartir con los difuntos el pan, la sal, las frutas, los manjares culinarios que le gustaban en vida, el agua, y si eran adultos, hasta el vino o la cerveza sobresalen en la mesa.

Todo esto es una mezcla cultural donde los europeos agregaron a este ritual algunas flores, ceras y velas, mientras que los indígenas agregaron el sahumerio con su copal, la comida y la tradicional flor de cempaxúchitl, la cual es una flor muy colorida y aromática.

Dicha flor es utilizada para regar un camino desde la ofrenda hasta la puerta de la casa, la cual significa la entrada por la que tendrán que pasar las almas de sus difuntos para entrar y convivir con la familia.

Familias enteras acuden a los panteones municipales donde se encuentran sepultados los restos de sus familiares, mismas que en este día limpian y adornan con flores de múltiples colores, incluso algunos con música conviven con sus difuntos compartiendo el pan y la sal entre los familiares que acuden al panteón.

Esta es una festividad muy arraigada en el pueblo mexicano, por lo que el señor Luis, cronista municipal, pide a las nuevas generaciones no pierda el interés por las costumbres y tradiciones que heredan los padres, abuelos o bisabuelos.