Dicen que el papel de la flor de cempasúchil es guiar las almas de los difuntos en Día de Muertos.
Hay quienes también piensan que es la flor de los muertos, una tradición que conforta a los vivos con su color y aroma.
Xochimilco es uno de los productores principales de la flor de cempasúchil, donde se cultivan hasta 5 millones de plantas de diversos tamaños y colores.
En sus cultivos podrás encontrar dos tipos de flor de cempasúchil: el clemolito y cempasúchil a un costo de entre los 17 hasta los 25 pesos.
Es en el Quinto callejón de avenida Nuevo León, en el Barrio Caltongo, donde se encuentra el cultivo del señor Emiliano Severo López, quien desde hace 60 años planta diferentes semillas, dependiendo la temporada.
Ya es octubre y mientras riega cientos de flores de cempasúchil, bajo el sol, el hombre de manos fuertes, recuerda que desde los 10 años empezó a trabajar sembrando diferentes plantas para los jardines.
“Empezamos a sembrar en julio, empieza la semilla a nacer y la pasamos a la maceta por que se le echan a unas charolitas chiquitas y se pasa a la maceta y se le va cuidando hasta que tenga la altura”, explica el hombre de mucho temple.
Cuando el señor Emiliano inició a trabajar en la siembra de diferentes semillas como el piracanto y trueno, de eso ya hace más de 60 años.
Recuerda con nostalgia que no pudo tener estudios, pero agradece a uno de sus patrones que a esa edad le dio la oportunidad y le enseñó a trabajar la tierra.
“Llegué aquí a trabajar con un señor, de chico nadie te ocupa y él medio la oportunidad de trabajar, así comencé y aprendí. No quedó de otra, no pude estudiar”, dice sin dejar de regar las plantas.
El sol está brillante, favorece al proceso de las plantas y obliga al señor a limpiarse el sudor, mientras sigue hablando.
“En el transcurso del tiempo se ha cambiado el modo de trabajar y uno va aprendiendo y se va adaptando. Yo creo que ahora es más difícil plantar, por la dificultad del agua y las heladas, el cempasúchil no las sobrevive”.
Durante los más de 15 años que ha cultivado, en cada temporada se producen 15 mil macetas en un área de dos mil metros y menciona que en dos ocasiones la helada le ha echado a perder toda la producción.
“Es difícil, el único modo de que se salve de un frío como ese es con un invernadero, pero no alcanza y me ha tocado dos veces perderlo todo y pedir prestado para salir de nuevo adelante”, recuerda y continua con el riego, el cual inicia desde el amanecer hasta las 7 u 8 de la noche.
La producción de la flor de cempasúchil comienza en julio con la siembra de la semilla en charolas para su germinación, continúa en la última semana de agosto con su plantación y fertilización en macetas de siete pulgadas.
Es a inicios de septiembre, por el tamaño de la planta, esta se separa, para que en octubre e inicios de noviembre, la flor llegue a su máximo nivel de florecimiento.
Pero es a principios de octubre que se empieza a distribuir y a mediados de ese mes alcanza el mayor número de ventas.
El ejido de San Gregorio es uno de los tres sitios de Xochimilco, donde la agricultura se mantiene activa, a través de la producción de las flores de cempasúchil y nochebuena, así como de rosas, palo de brasil, pata de elefante, romero, alcatraces, tulipán, suculentas y pinos de navidad, además de hortalizas con vegetales como lechuga y cilantro.
Don Emiliano ríe cuando le preguntamos qué es lo que diferencia sus plantas de las otras cientos de miles que hay en Xochimilco.
“La cuidamos, la regamos, abonamos y la fumigamos para evitar plagas, gran parte del día la pasamos con ellas, uno les habla y las trata bonito para que crezcan grandes, coloridas y con mucho aroma”, explica.
Además de cultivar a flor, Emilio y sus ocho hijos también salen en triciclos a vender y repartir la producción, pues a finales de octubre no tiene que quedar ninguna, pues empiezan a plantar rosas.
“Me gusta mi trabajo, aunque no tuve escuela y ver el resultado de lo que sé y aprendí, que además les trasmití a mis hijos, es bonito, así como saber el destino final de las plantas que tanto cuidamos”, agregó el hombre.
Emilio tiene ocho hijos, cuenta que todos se dedican a la siembra y él les enseñó sobre la tradición y el trabajo: “A veces están agradecidos y otras se contradicen por que les va mal y yo que quisiera haberles dado estudios, pero a veces no alcanza y al menos son hombres de trabajo”.
A pesar de ser un trabajo pesado, Emilio dice que es bonito que le ha dado para comer, vestirse, trabajo para sus hijos y para volver a invertir, pues cada temporada, lo mejor es ver crecer las flores y que el color ilumine sus campos y después vayan a dar luz y color a otros lados.
Durante esta época cientos de personas trabajan al mismo ritmo para surtir cada pedido de flor de muertos.
Unos en el riego, otros cortando las flores marchitas para evitar que contagien a otras, unos más transportándolas en canoas a los embarcaderos donde son recogidas por los compradores.
Es así como desde inicios de julio, gran parte de Xochimilco comienza a pintarse de color naranja, hasta finales de octubre cuando culmina su temporada.
El proceso de ésta flor es una tradición que se transmite de generación en generación, así como está el señor Emilio, también está Erwin, integrante de otra familia, que aunque también se dedica a la siembra de las diferentes plantas, su actividad favorita es transportar las macetas en una canoa, mientras recorre los canales de Xochimilco.
“Inicié desde los seis años, aunque sé sembrar, lo que más me gusta es transportar la flor en los canales, hago al menos siete viajes y a veces los recorro hasta en un minuto”, Erwin tiene 13 años y estudia el tercero de secundaria, asegura que sus compañeros también tienen las mismas actividades.
Esta temporada es atractiva para mexicanos y extranjeros, pues además de recorrer Xochimilco se ofrecen tours de la ruta del cempasúchil, entre otros eventos relacionados con la temporada del Día de Muertos.
Y si vas por el centro de Xochimilco no olvides visitar la pulquería “El Templo de Diana”, donde ofrecen una bebida preparada con flor de cempasúchil, ¡tienes que probarla!