La Calle 4 de la Col. Pantitlán, en Iztacalco, está llena de negocios: carnitas, postres, antojitos, una manicurista, una casa de materiales, una carnicería y la Pollería Hernández, que ofrece sus servicios desde hace 10 años.
“El carnicero empezó a gritar que lo estaban asaltando, escuché e iba a salir, pero en eso los balazos, yo creo que fueron unos ocho, me quedé inmóvil y después vi correr al sujeto ese, cuando salí ya había pasado todo. Fue el pollero al que mataron”, explicó otro de los comerciantes.
Apenas eran las 11 de la mañana, algunos de los locales iniciaban su jornada.
Según testigos, un sujeto armado ingresó a la carnicera y atracó, pero el dueño del negocio gritó y los demás salieron para ayudarlo.
Aparentemente, el sujeto armado iba a escapar, pero se encontró de frente al muchacho del pollo, así que disparó al sentirse acorralado.
Tras herir a los dos comerciantes, el sujeto corrió a unos metros hasta una motocicleta, donde ya lo esperaba un cómplice y huyeron.
Los hechos ocurrieron cerca de una cámara del C2 Oriente, por lo que en pocos minutos policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) arribaron al sitio, al igual que una ambulancia.
El carnicero fue atendido por un disparo en el brazo derecho, sin embargo, el pollero quedo sin vida frente a su negocio.
En pocos minutos se regó la noticia de lo ocurrido, muchas personas que acudían a comprar en la zona fueron a ver lo que ocurrió.
“Escuché como ocho balazos, después cuando se escucharon las patrullas salí y me enteré de que mataron al del pollo, tenía unos 10 años de conocerlo y nunca supe su nombre. Pobre muchacho y pobre de su esposa”, explicó una habitante.
La policía ya cuenta con imágenes de la motocicleta y los agresores del comerciante, sin embargo, no se ha informado que ya los hayan detenido.
Algunos de los dueños de los otros locales frenaron sus actividades, pues el cerco policiaco impedía que sus clientes pasaran.
Todo se frenó en la Calle 4, tras los disparos, la circulación, las ventas y la calma que hasta hoy sus habitantes creían que existía.
