ECATEPEC, Méx.- 27 DE JULIO DE 2017.- Después de recuperar su casa de la que fueron desalojados por la fuerza por una mujer que según compró el inmueble a Hacienda y no mostró ningún documento que estuviera firmado por un Juez, en la colonia Ciudad Azteca Tercera Sección, el matrimonio de adultos mayores conformado por José Ángel y María Alejandra, temen perder su patrimonio el cual adquirieron con mucho sacrificio desde hace 49 años, y piden a las autoridades que revisen el caso y tomen en cuenta que esa propiedad esta escriturada a nombre de los dos, motivo por el cual la dependencia recaudadora de impuestos que no cuenta con esos documentos, necesita su consentimiento para vender.
Como se recordará, fue el pasado 9 de mayo cuando Anabel Ribero se presentó junto con un actuario y un grupo de más de 20 cargadores que sin mostrar el documento girado, según ellos por un juez, ingresaron a la casa marcada con la manzana 544, lote 24, de la calle Tollocan, y comenzaron a sacar los muebles, sin que la mujer de la tercera edad que se encontraba en compañía de una hija pudieran hacer nada para impedirlo.
Don José Ángel Casales González, de 71 años de edad, dueño de la propiedad al igual que su esposa María Alejandra Rodríguez Martínez, de 70, esta última que ha sufrido tres micro infartos cerebrales, quedaron impactados y angustiados al ver que el desalojo se había dado lleno de irregularidades, dejándolos en la calle.
José Ángel, quien se dedica a hacer trabajos de carpintería, indicó que Hacienda nunca le notificó que realizaría la venta de su casa, porque aseguró unos meses antes, se había enterado tenía una deuda con esa dependencia.
«Fue hace ya muchos años que tuve que realizar los trámites de una camioneta americana, que me dieron a cambio de un dinero que me debían, hice los pagos necesarios pero jamás me imagine que quedaría a deber una mínima cantidad, porque pensé había liquidado y el tiempo aumentó los intereses acumulados. Me enteré del adeudo meses antes del desalojo, contraté a un abogado y el caso estaba en revisión como un juicio, pero nunca me dijeron que venderían nuestra casa que esta escriturada a nombre de mi esposa y mío, ni que pensaran quitarme mi patrimonio solo por la deuda que fue de 2 mil pesos y que creció al paso de los años, pero no me informaron de algún convenio para poder saldarla», recordó don José.
Doña María comentó que durante el desalojo, para tratar de impedirlo, fueron agredidas físicamente y que sintió impotencia y tristeza al ver que sus cosas eran sacadas de su hogar donde crecieron sus tres hijos, hechos que denunció ante el Ministerio Público.
«Mi esposo llegó cuando ya nos habían sacado, ver todos mis muebles en la calle hizo que me sintiera mal de salud, pero los vecinos fueron amables y nos prestaron un lugar para poder guardarlos todos, pero al revisar vi que faltaban cosas de valor, como una caja con alhajas y dinero que había guardado dentro de un frasco de medicina en un cajón, así como algunos electrodomésticos, además de una colección de monedas conmemorativas de plata que herede de mi madre y se hallaban dentro de una pequeña caja fuerte , por lo que también efectúe mi demanda contra quien resulte responsable», relató doña María.
Fue así, luego de guardar sus cosas en una casa que les prestaron unos vecinos, que estuvieron viviendo en el hogar de uno de sus hijos que vive en esa misma calle y que en el momento de los hechos no se encontraba.
José y María explicaron que después de que un juez revisó la manera en que se efectuó el desalojo que estuvo lleno de irregularidades, nuevamente giró un oficio y les devolvió su casa, el último día del mes de mayo, noticia que les devolvió la alegría.
Saben que ha pasado el tiempo y ahora temen que vuelvan a ser desalojados, por lo que solo piden a los magistrados que están revisando su caso que tomen en cuenta que las escrituras que el matrimonio tiene en su poder están a nombre de los dos y que por esa situación Hacienda no pudo ni puede vender su propiedad y esperan que puedan llegar a un convenio para que no les quiten el único patrimonio con el que cuentan para vivir.
«Ya nos desalojaron una vez y como los encargados de dar la sentencia se equivocaron, nos regresaron la propiedad y no queremos perderla de nuevo», finalizaron los adultos mayores.
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