RITUAL. Javier murió en el Monumento a la Revolución y ahí mismo lo despidieron sus hermanos indígenas
“Te enconcomendamos el alma de tu hijo Javier que hoy lo has llamado ante tu presencia, concédele que todas sus faltas, sus pecados, sus errores que haya cometido en esta vida sean perdonados”, dijo un sacerdote al pie del monumento a la Revolución, donde cayó fulminado Javier.