A unos días de cumplirse un año de que Karina fue encontrada muerta con un balazo en la cabeza,  su madre sigue luchando para que se esclarezca  su muerte que en ese entonces se dio a conocer se trató de un suicidio, y asegura que fue asesinada, porque sufría violencia intrafamiliar.

Como se recordará, los hechos sucedieron el pasado 5 de marzo, cerca de las 5:00 de la madrugada, al interior del domicilio ubicado en la calle Amapola, de la colonia Prados, en Tultepec, cuando Karina Ávila, madre de dos pequeñas, fue encontrada por su esposo muerta con un balazo en la cabeza, cuyo cuerpo, sin avisar a su madre, fue trasladado a Cuautitlán hasta donde se presentó horas después de que se hallaba ya en el SEMEFO.

El esposo de nombre Carlos Alberto Paul Flores, quien maltrataba a Karina, quedó libre, absuelto de cualquier culpa, debido a que argumentó que su mujer se había suicidado, sin explicar a las autoridades porqué había una pistola dentro de su hogar.

En ese entonces, Aracely, madre de la víctima, se llevó el cuerpo de su hija al que le dio cristiana sepultura, en el municipio de Texcoco donde ella tiene su domicilio, funeral al que su yerno no se presentó y al que solo vio un día antes llevándose a su nietas que tampoco se despidieron de su madre y  a las que hasta la fecha tampoco ha visto, por no saber dónde se encuentran.

Aracely, quien se ha reservado para hablar del tema, por estar peleando para que se hagan las investigaciones correspondientes y no entorpecer el trabajo de la Procuraduría General de la República y de la Fiscalía Mexiquense, solo platicó que  a casi un año de la partida de su hija,  que era licenciada en Pedagogía y estudiaba una maestría en idiomas, tiene desgarrado el corazón.

Cuando fue entrevistada, el pasado mes de mayo, comentó que existieron muchas anomalías durante el peritaje y que inclusive aunque el lugar según se encuentra acordonado, personal del Ministerio Público que realizó las diligencias y levantó el cadáver, autorizó a los familiares de  Carlos Alberto Paul Flores, quien era maestro en la Universidad Politécnica del Valle de Tultitlán,  limpiar la casa para borrar evidencias y  posteriormente se efectuarán la reconstrucción de los hechos.

Recordó que  inclusive los propios vecinos de su hija le informaron que Karina era golpeada por su pareja, porque en varias ocasiones habían escuchado gritar a las niñas cuando su mamá era maltratada por el sujeto.

Finalmente,  hoy sigue clamando justicia porque a pesar de que se llevaron una parte de su corazón, nunca olvidará que su hija presentaba huellas de golpes en diversas partes del cuerpo y porque extraña a su nietas de 8 y 11 años de edad, luchará hasta demostrar que su hija Karina no se suicidó y hará que quien resulte responsable pague por  lo que hizo y  espera que las autoridades agilicen la investigación  a un año de los lamentables hechos que no olvida y que la hacen deprimirse y derramar lágrimas.