COACALCO, Méx.- 6 DE JULIO DE 2017.- La vida de Marcela, de 63 años de edad, se volvió un martirio desde hace cuatro años cuando su esposo murió, luego de que se fue vivir con la familia de un primo del fallecido, que le ofreció hospedaje, lugar donde sufrió maltratos físicos, verbales y psicológicos, y aprovechándose de su ignorancia se adueñaron de su pensión, así como de un seguro de vida, para después abandonarla desde hace más de un mes en un albergue y ahora teme por su vida, porque bajo amenazas nuevamente se presentaron al refugio donde pretenden llevársela por la fuerza.
Marcela Cervantes Reyes, quien formó su matrimonio por más de 32 años con Marco Alberto Simeón Gutiérrez Buendía, quienes rentaban una casa en el poblado de Ciudad Cuauhtémoc, donde vivían felices, dio a conocer que dio a luz una niña y aprovechándose de que eran humildes y que su esposo tenía secuelas que le quedaron tras sufrir un accidente, además de ser acusada de padecer de sus facultades, una hermana de su marido se las quitó a meses de nacida, para llevársela a Estados Unidos y nunca más volvieron a saber de ella.
A pesar de esos hechos, no pudieron hacer nada para que les devolvieran a su pequeña a la que alcanzaron a registrar con el nombre de Marcela Guadalupe, esto porque no contaban con el apoyo de las familias de ambos, quienes nunca se preocuparon por ellos y jamás lo visitaron y no le dieron importancia al caso.
Marcela, aunque sufría por la falta de su pequeña a quien ya no vio crecer junto con Marco que era cuatro años mayor que ella y trabajaba realizando la limpieza en una empresa donde contaba con todas las prestaciones de ley, continuaron su vida.
Fue hasta hace cuatro años que todo cambió y su felicidad se volvió un tormento luego que su marido falleciera al sufrir un derrame cerebral y fue ahí cuando un tipo de nombre Héctor Juan Ignacio Simeón Gutierrez, primo del extinto, y su esposa, María del Carmen Escamilla Mora, se presentaron con ella y le ofrecieron se mudará a su casa, ubicada en la colonia Villa de las Flores, por lo que al sentirse desprotegida y pensando la querían ayudar, aceptó.
Desde esa fecha, Marcela comenzó a víctima de maltratos verbales y golpes por parte de la mujer, quien tras recibir la tarjeta donde le depositarían el dinero de la pensión al fallecer Marcos, se la quitaron para adueñársela y cobrarla, sin darle ni un peso.
«Me hacían firmar documentos y me prohibían leerlos, se quedaron con un seguro de vida que también me dejó mi Marcos y siempre se aprovecharon de mí antes de dejarme en este albergue, cuando se aburrían de mí me llevaban a cuartos que rentaban y luego iban otra vez, tras no presentarse a pagar, pero en este albergue estoy muy contenta, me siento libre y ahora quieren llevarme otra vez, pero yo no quiero «, dijo Marcela.
Marcela ingresó al albergue «Misión de Hacer el Bien A.C», conocida también como ‘Alas que Cobijan 24 Segundos Enfermos Anónimos Desahuciados’, ubicada en la colonia La Laguna, en la Unidad Habitacional Santa María 3, el 8 de junio del presente año, donde la directora de ese lugar, Berenice Mena Gómez, la recibió, luego de que ofreció su servicios al ver que los familiares publicaron que buscaban un espacio para ella a través de un anuncio que publicaron.
En ese albergue se brinda asilo a personas que son abandonadas en la calle o enfermos en fase terminal, inclusive a discapacitados, a los que no se les cobra por encontrarse solos y sin familia, además se les ayuda durante su instancia en la casa hasta que fallecen.
Juan Ignacio llegó a dejar a Marcela, quien goza de sus plenas facultades mentales, con el argumento de que estaba muy enferma y ya no podía tenerla, y se le informó que tenía que pagar la cantidad de 100 pesos diarios, y aunque no traían dinero para pagar aceptaron dejarla, luego de firmar un documento que avalaba lo mencionado.
Así pasaron las semanas y no se volvieron aparecer, ni a contestar llamadas telefónicas efectuadas por Berenice, tampoco a llevar el dinero para mantenerla en el albergue.
Sin embargo, Marcela, quien se ganó el apoyo, cariño y protección de Berenice, decidió contarle todo lo que le hacían, asimismo le explicó que la tarjeta de la pensión se la habían quitado los parientes políticos, quienes se encargaban de cobrar y quedarse con el dinero que hasta el momento desconoce cuánto es la cantidad mensual, además del maltrato del que era víctima y los trabajos domésticos forzados a la que la sometían, hace unos días con su autorización procedieron a dar de baja la tarjeta donde le era depositado el dinero.
Esto provocó que Juan Ignacio se presentará al lugar armando un escándalo para intentar llevarse por la fuerza a Marcela, quien soltó en llanto, y ante el miedo que les tiene, comenzó a gritar que no se quería ir.
En ese momento, fue protegida por la directora, quien exigió al sujeto saliera de la propiedad y no alterará a las personas que ahí se encuentran y que le pagará la cantidad que le debía, por lo que tuvo que solicitar apoyo policiaco y elementos municipales y estatales se presentaron a resguardar la zona, y tras amenazar a la dueña, con palabras altisonantes, el sujeto y su mujer se retiraron.
Pero horas más tarde volvió acompañado con un grupo de ministeriales quienes argumentaban traían una orden de un juez para llevársela, además de una presunta denuncia en contra de Berenice por la privación ilegal de Marcela y pretendieron entrar por la fuerza, pero los uniformados municipales que se quedaron brindando apoyo de protección se los impidieron, al no mostrar los papeles.
Marcela, quien se encuentra hasta el momento muy asustada, pidió a Berenice la ayudará e impedir se la lleven, ya que teme que aunque no sean sus familiares directos, no la dejaran en paz y volverán por ella, para seguirla maltratando y gozar del poco dinero que con el esfuerzo de trabajo de su marido por ley le pertenece.
«Ahora sé que me apoyaron por interés del dinero, el que me quitaron, me cacheteaban, me humillaban, yo hacia todo el quehacer y aunque estaba cansada hacían que lo repitiera, eran trabajos forzados y tengo miedo, no me quiero ir, no quiero que me sigan maltratando, yo no estoy enferma, estoy bien y ellos quieren hacerme pasar por loca e inclusive hasta sus hijos también me ofendían, yo estoy a gusto en este albergue, quiero quedarme aquí «, relató Marcela.
Berenice, al enterarse de todo, comentó que defenderá a Marcela, y ahora el dinero que le deben por tenerla ahí que asciende a más de 5 mil pesos, se los cobrará y buscará el bienestar de ella y aseguró no permitirá que le sigan haciendo daño y aprovechándose de una mujer indefensa que no cuenta con el apoyo de nadie y ahora pretendan seguirle quitando el dinero que tras la muerte de su esposo tiene que recibir mensualmente y por el ser querido que llora al recordarlo diariamente.
Por estos hechos, acompañada de Berenice, se presentaron a efectuar su denuncia ante la Procuraduría del DIF de Villa de las Flores , donde también fue efectuada su valoración médica y psicológica, donde se determinó que su estado de salud al igual que sus facultades mentales se encuentran en perfecta condiciones.
Aunque también realizarán en próximos días su demanda ante la fiscalía mexiquense contra esos seudo familiares para que así Marcela pueda vivir tranquila ahora que encontró paz.
Con esto espera que las autoridades tomen cartas en el asunto y así pueda recuperar todo lo que le quitaron e inclusive las cenizas de su esposo que ellos tienen en su poder y así ya dejen de molestarla.
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