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Samuel tiene 35 años creando y vendiendo máscaras de lucha libre en todo el país

POR: / 20 de junio de 2016

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El artesano dijo que es constante objeto de hostigamiento de trabajadores municipales.

El artesano dijo que es constante objeto de hostigamiento de trabajadores municipales.

NEXTLALPAN, Méx.- 20 DE JUNIO DE 2016.- Con más de mil diseños de máscaras y 35 años de trabajo, “El Máscaras”, como es conocido, ha recorrido la República Mexicana vendiendo sus creaciones.

A un costado de un modesto ring de lucha libre, donde cuatro luchadores entretienen a más de un centenar de personas en la comunidad de Nextlalpan, Samuel Segura, de 55 años de edad, que se dedica al confeccionamiento y venta de máscaras de la lucha libre, ha instalado su puesto.

Samuel, oriundo de Chimalhuacán, comentó que a finales del año 1979, a la edad de 17 años, comenzó con la venta de artículos de luchadores en las arenas Neza y Toreo, dijo que sus manos han creado más de mil diseños, ahora acompaña a un grupo de personas que rentan un ring para presentaciones de este deporte, que le permiten vender sus artículos.

“El Mascáras”, como le llaman sus amigos, relató que luego de que la arena Neza cerrará sus puertas, en busca de una oportunidad de vender sus creaciones se fue a la Arena México, donde comenzó a acompañar en sus giras a los luchadores de la Triple AAA y del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL).

“He tenido la oportunidad de confeccionar las máscaras de Black Shadow Junior y Muralla Sangrienta, luchadores profesionales”, dijo Samuel, mientras atendía a un jovencito entusiasmado, que preguntaba por el precio de las máscaras.

“Los precios varían, puedes encontrar una máscara desde 50 hasta los 3 mil pesos, que es lo que puede valer una máscara luchada y autografiada, depende también del material, del diseño entre otras cosas”, dijo Samuel.

El artesano, como Samuel se describe asimismo, añadió que uno de los diseños que más trabajo le ha costado, es hacer la máscara del Doctor Wagner, ya que aunque aparente ser muy sencillo es sumamente complejo.

“Para replicar esta máscara me tomó casi tres días, sin embargo la gente lo que más pide son las máscaras clásicas, del Santo, Blue Demon o Mil Máscaras”, puntualizó.

El artesano dijo que en varios municipios del país, los inspectores de los ayuntamientos han tratado de denunciar que es piratería la que vende, con tal de sacar provecho, “Mis diseños son parecidos a las máscaras originales pero tienen varios detalles diferentes, esto para protegerme de los vivales funcionarios”, finalizó.

 

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