Enriqueta Vargas Ortiz, La Madrina Enriqueta, lideresa del templo de la Santa Muerte, ubicado en Tultitlán, falleció anoche a consecuencia del cáncer.
“Nosotros a todos los vemos como hermanos, aquí no nos fijamos ni en sus preferencias sexuales, ni en el color de su piel, ni en el estatus social”, aseguraba Enriqueta Vargas.
La mujer tomó el control del templo tras el asesinato de su hijo Jonathan Legaria Vargas, Comandante Pantera o Padrino Endoque, ocurrido el 31 de julio del 2008.
El templo, localizado a un costado de la vía López Portillo, en Santa María Cuautepec, Tultitlán, tiene una imagen monumental de la Santa Muerte, de 22 metros de altura, creada por el Comandante Pantera.
En unos días el lugar cumplirá 11 años. Fue inaugurado el 28 de diciembre del 2007.
Cada año, en noviembre y diciembre, recibe peregrinaciones de diferentes partes del Estado de México y de otras entidades del país. Familias enteras acuden al lugar, donde se efectúan bodas y bautizos. Ahí, las bodas entre personas del mismo sexo son comunes.
La Madrina Enriqueta también oficiaba celebraciones en penales del país, sobre todo el de Tizayuca, Hidalgo, invitada por los reclusos.
La lideresa aseguraba que el culto a la Santa Muerte dejó el estigma de ser de delincuentes y actualmente está abierto a todas las personas. Muchos niños, con sus familias, acuden cada semana al templo de Tultitlán.
El templo de Tultitlán fue visitado en el 2014 por el escritor norteamericano Andrew Chesnut, profesor de estudios religiosos y autor del libro Devoted to Death: Santa Muerte, The Skeleton Saint (Santa Muerte, la Cegadora Segura) donde habla de este lugar y de Jonathan Legaria Vargas.
El escritor consideró que el culto a la Santa Muerte es el que más ha crecido en los últimos años en América y calculó que había unos 10 millones de devotos en México, Estados Unidos y América Central.
Recordó que en 2001 Enriqueta Romo sacó una imagen en bulto de la Santa Muerte en su domicilio de Tepito, en la Ciudad de México, con lo que el culto casi clandestino se hizo público. Después, en el 2007, el templo de Tultitlán siguió con el fenómeno de hacer pública la creencia, ya con Enriqueta Vargas Ortiz al frente.
En su estancia en Tultitlán, en el 2014, el escritor detalló que su libro “trata de pintar un cuadro más amplio, más completo de quién es la Santa Muerte, porque tanto en México como en Estados Unidos muchas veces la prensa la ha pintado como la narco santa, la protectora de los narcos”.
Mencionó que “pero la verdad es que es una santa que hace muchos tipos de milagros según los devotos. O sea, es una curandera muy potente, también es un símbolo de justicia y muchos pequeños comerciantes en México tienen un altar porque también creen que es un fuerte agente de la prosperidad”.
La Madrina Enriqueta habitaba el fraccionamiento Las Alamedas, en Atizapán. Su cuerpo será velado en el templo de la Santa Muerte de Tultitlán. Fue autora del libro “¿Quién mató al Comandante Pantera?”.