La fotografía de la graduación de la primaria y los zapatos que llevaba puestos cuando encontró a su hija asesinada son parte de los recuerdos que Esther guarda como el tesoro más sagrado en un altar que tiene en su casa ubicada en el humilde barrio de Los Chopos.

Gabriela, de 14 años de edad, decía que quería trabajar para seguir estudiando, amaba a su familia, uno de sus sueños era conocer lugares y ser libre, hoy sus padres buscan que su caso no quede impune, exigen a las autoridades dar con el responsable.

Hace más de dos semanas su cuerpo fue localizado en un terreno ubicado a unos 15 minutos de su casa en la comunidad Llano de la Y, en Otzolotepec, la familia aún desconoce las causas de su muerte, sin embargo, todo apunta a que fue estrangulada.

A diecisiete días del homicidio, el principal sospechoso sigue libre, las autoridades dicen necesitar más pruebas para girar una orden de aprehensión en su contra, un par de testigos ha declarado que fue la última persona con la que vieron a la adolescente.

La tarde del sábado 12 de enero, Gaby salió a una fiesta acompañada de un joven mayor que ella, después de pedir permiso, recuerda su madre Esther, el compromiso era que tenía que volver temprano, ya no regresó, ese día empezó la pesadilla.

La mujer relata que al paso de las horas llamaron a su celular, primero escucharon mucho ruido y al cortarse la comunicación supieron que algo andaba mal, después el teléfono mandaba directo a buzón, no era alguien que le gustara andar en la calle y más por la noche.

«No sé qué fue lo qué pasó, ciegamente la dejé salir, me siento muy culpable, salió y ya no me la regresaron, mi hija no era de las que acostumbrara a salir pero ese día la vi muy contenta e ilusionada me dijo que luego volvía pero no fue así», dice la madre.

Su esposo se organizó con sus hermanos para ir a buscarla al lugar donde debería estar, pero todo fue infructuosamente, en la entrada de la casa prendieron una fogata con la esperanza de verla llegar, amaneció y siguieron sin tener noticias de su paradero.

La angustia y desesperación había invadido a todos, montaron cuadrillas para salir a recorrer las zonas durante las siguientes horas, además, fueron a la casa de la persona con la que salió, pero en sus testimonios negó haber sido el último que la vio.

Vecinos se sumaron al contingente, pero al poco tiempo de que los papás habían acudido a levantar la denuncia para que fuera activada la Alerta Amber se les notificó que una menor con características a hija había sido encontraba sin vida.

El próximo 12 de abril, Gaby, la segunda hija de la familia, cumpliría 15 años, pero la violencia que vive el estado de México no le permitió celebrarlos en su casa, hoy lo único que exigen es justicia por su feminicidio.

Los deudos no solo sufren su partida a temprana edad, sino también el lento proceso de la investigación, la Fiscalía General de Justicia estatal no les ha dado avances y el sospechoso del asesinato sigue en libertad ante el riego de que pueda huir.

A Los Chopos las únicas formas de llegar son a pie, atravesando los extensos campos de cultivo, o alquilando un taxi especial, pocos tienen vehículos particulares, al modesto barrio donde ni siquiera existe alumbrado público no entran rutas del transporte.