Susana García Mancilla, cumpliría 44 años de edad, si no hubiera sido asesinada, su cadáver fue encontrado días antes de Navidad, con una bolsa en el rostro, abandonado en un predio baldío, su familia exige detener a las manos homicidas.

Una fotografía con su rostro es lo único que pueden abrazar sus tres hijos, hermanas y madre, el 20 de junio se cumplirán seis meses de su muerte, en ese tiempo no han obtenido ningún solo avance en el caso, las autoridades hicieron entender que fue un mala fecha para morir.

La noche del miércoles 20 de diciembre del 2017, su cuerpo fue localizado sobre la calle Vicente Guerrero y 16 de Septiembre, en la colonia Cimbrones, en Zinacantepec, su hija la reconoció dos días después, un viernes, previo a la nochebuena, un día después sepultó a su mamá.

“El 24 enterramos a mi madre, mientras ellos celebraban su navidad, no me tomaron mi declaración porque no trabajan en sábado y domingo, casi nos hicieron entender que fue un mal momento cuando ella murió para hacerse una investigación bien”, recuerda y reprocha Guadalupe.

Mientras carga la imagen de su madre se dice cansada de la negligencia y falta de interés para investigar por el personal de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México que lleva el caso, el último medio año se ha aferrado a ese retrato paro no claudicar y exigir justicia.

Su voz se quiebra pero sus hermanos y abuela son la fuerza que necesita para seguir hablando, pedir que su caso no sea uno más de los olvidados en la entidad que ocupa los primeros lugares nacionales tanto en muertes violentas de mujeres como en los casos de feminicidios.

“Hasta ahorita no sabemos quién fue, no hay una persona precisa que nos diga quién pudo haber sido, nos duele mucho que la policía no se tome en serio su trabajo, se cumplen seis meses (..) no hay nada, su cuerpo está limpio es ilógico que una persona asesinado no tenga huellas”, sostiene.

En una modesta casa, Doña Alejandra, madre de Susana, pide a quienes conducen la justicia mexiquense que se pongan a trabajar que no permitan que el cáncer de violencia feminicida que vive la entidad siga proliferando, las cifras oficiales pueden ser distantes de los casos reales.

“Por eso hay tantos asesinatos, porque no trabaja la justicia, arrancaron algo de mí, era mi hija la mayor, siempre venía a verme, (..) para que mi hija descanse en paz que tenga justicia, encontrar al asesino, las manos asesinas que le quitaron la vida”, pide la mujer a la Fiscalía.

Fue el primer Día de las Madres que pasan sin ella, el 20 de mayo pasado era su cumpleaños pero no hubo nada que celebrar, pese a que han estado a punto de tirar la toalla, la memoria de su madre, hermana e hija, les dará voluntad para no descansar hasta encontrar al asesino de Susana.