El padre espera respuesta de las autoridades estatales.

ECATEPEC, Méx.-21 DE ENERO DE 2017.- Gerardo  dio a conocer  que su hijo de ocho años  fue golpeado  por dos compañeros dentro de un colegio privado, uno de ellos sobrino de una de las dueñas del  plantel, ubicado en  el poblado de Santa María Tulpetlac, y  que por reclamar el pago de  los gastos  médicos, que ascienden a 12 mil pesos, como resultado de las lesiones que le ocasionaron a su pequeño,  fue corrido de la escuela desde hace cinco meses, sin que los culpables hayan  sido sancionados.

Gerardo Pineda Vanegas explicó que el pasado 19 de septiembre del año 2016,  su hijo de nombre Nicolás, que cursaba el tercer  grado en el   Colegio Thales de Mileto, ubicado en la calle Yucatán número 415, fue agredido a golpes  en rostro y patadas en diversas partes del cuerpo, por  sus compañeros  Cesar Rafael   y Alberto,  este último  sobrino  doctora Leticia Martínez Aguilar, dueña   de la institución, durante la clase de educación física,  resultando lesionado en la pelvis, inflamación de testículos  y una abertura en el labio superior derecho, lastimándoles unas coronillas dentales que tuvieron que ser extraídas.

“A nosotros no nos avisaron aunque los hechos sucedieron alrededor de las 11:30 de la mañana, fue hasta las tres de la tarde que fuimos a recogerlo que  nos dijeron  hubo un pequeño incidente, y ahí nos informó una maestra que a mi hijo lo habían golpeado que ya habían solucionado el problema   y que  todo había sido una cosa  muy leve y superficial”, relató el padre del menor.

Manifestó que en presencia de la profesora, su hijo dijo que lo habían  golpeado sin motivo alguno,  y que fue  hasta que el maestro de  educación física   de nombre Joaquín, quien aseguró que se encontraba haciendo una dinámica, no había notado lo que pasaba,  hasta que volteó, se percató de los hechos y los  llevó  a sentar a una banca cerca  de  la dirección.

“Por no avisarme cuando pasaron los hechos que aseguraron fueron superficiales,  pedí hablar con Martha  Morales Godínez, la directora de la escuela, pero no pudo atenderme porque no se encontraba, me dieron cita para dos días después y me retire del lugar”, aseveró Gerardo.

Señaló que al llegar a su casa, su hijo se quejaba de un dolor en el abdomen,  y determinó, junto con su esposa, llevarlo al pediatra, quien les notificó que tenía un testículo inflamado  debido a que le hicieron un ultrasonido, por lo que le dieron un tratamiento   para  solucionar su problema de salud.

De ahí comentó que se trasladaron al dentista, donde  le diagnosticaron  la lesión  del nervio de una encía y  daños a la coronillas, provocando la extracción de dos de ellas, aunado a esto  tras los golpes en el rostro  rompieron sus lentes por lo que se tuvo que  pagar para que le hicieran unos nuevos.

“Fue al segundo día  que fuimos al plantel a la cita con la directora,  y le mostré todos los certificados médicos de los daños que le ocasionaron a su hijo, quien mandó traer a la doctora   de nombre Leticia Martínez Aguilar, que es hermana de los dueños de la escuela, y solo pidió una disculpa,   quien contestó  que  ella pensaba  que no era para tanto y  nos dijo que  iban a tomar medidas para sancionar a los agresores  a quienes ya habían suspendido”, relató Gerardo.

Ante esta situación, Gerardo insistió en que los docentes intentaron  engañarlo,  porque los estudiantes, uno de ellos sobrino  de la doctora, de nombre Alberto, y otro de nombre  Cesar Rafael, aún estaban en  clases sin tener una sanción y sin que los padres fueran notificados del problema.

“Me mostraron un video donde  querían ocultar que su sobrino  había golpeado a mi hijo y querían  culpar solo al otro estudiante, cuando claramente en la imagen se observa cómo le pegaban  a mí Nicolás, y  querían ocultar  lo que había pasado para proteger  a su familiar, el cual ya sabíamos era un alumno muy conflictivo”, recalcó.

Por la burla de la que fue objeto, decidió iniciar una denuncia penal por  lesiones  el día 23 de septiembre, quedando los hechos registrados en el oficio con número 994/16 en el Ministerio Público de San Cristóbal, en la Mesa 5.

“Decidí comentarles  a la directora, que ya había iniciado mi demanda,  me dijeron que le hiciera como quisiera,  que ellos tenían dinero de sobra para defender a su sobrino Alberto y que lo mejor sería que me fuera del plantel junto con mis hijos, ya que también otro de mis pequeños cursaba el primer grado ahí y l me recalcaron  que me iban  a regresar el dinero que pague de inscripción y me corrieron solo por reclamar  y exigir  un castigo para los culpables”, indicó.

Molestó  comentó Gerardo  que solo le dieron un cheque de reembolso de inscripciones y que querían obligarlo  a firmar una carta   donde se  deslindara de realizar cualquier acción penal o civil que pudiera perjudicar tanto a los alumnos como al personal, el cual aseguró  se negó  a firmar.

Fue el 26 de septiembre  que puso su  queja en la página de  Acoso Escolar.Com dela SEP,   donde se comprometieron a brindarle la atención, además de iniciar su denuncia en la subdirección de escuelas  incorporadas del gobierno del Estado de México.

“Por no querer dar solución a la problemática, me causaron muchos perjuicios porque tuve que buscar otra escuela y pagar  una fuerte cantidad para que me los aceptaran ya que  el inicio del ciclo escolar ya estaba avanzado”,  expresó

Explicó que han pasado ya cinco meses  y los docentes  han hecho caso omiso a los citatorios  que les han enviado  por parte de la  subdirección regional de la SEP,  quienes  tienen conocimiento  y  ratificaron los hechos sucedidos.

Por ello,  pide que las autoridades de la procuraduría intervengan para que   paguen por los perjuicios que le causaron además de los gastos  por servicios médicos que le ocasionaron  tras ser lesionado su pequeño, donde  el personal docente hizo caso omiso y evadieron el problema por proteger  al hijo de uno de los dueños y sobrino de la doctora de la escuela, a quien para evadir el  problema ya lo cambiaron de colegio.

Finalmente, exige al personal de la Secretaria de Educación Pública  una sanción para los que ahí trabajan, además  de obligar  a  que los papás de los pequeños  agresores den la cara y  se hagan cargo de  pagarle los gastos  médicos que tuvo que realizar  por las lesiones que le causaron a su hijo Nicolás