ECATEPEC, Méx.- 25 DE MAYO DE 2017.- Doña Nazaria recorre calles de la colonia CTM 14 vendiendo dulces en una silla de ruedas a pesar de que le fue amputada una pierna y la otra la tiene lastimada, tan solo para mantenerse y poder subsistir, pero ahora teme que una persona a la cual le rentó un cuarto la despoje de su patrimonio, con el argumento de que un líder le está vendiendo el terreno que ella compró y ahora no quiere desalojar la vivienda.
María de los Ángeles Nazaria Espinoza Hernández, de 70 años de edad, a pesar de padecer diabetes y la falta de una de sus extremidades, no se ha visto impedida para continuar su lucha para sobrevivir, y con una canasta con diferentes tipos de dulces, recorre la comunidad donde vive para vender y sacar dinero para poder alimentarse.
Con domicilio en la manzana 5 lote 30, de la colonia CTM 14, Nazaria, quien es madre de cinco hijos que no la apoyan, hoy sufre porque teme perder la única pierna que le queda, misma que tiene fisuras en la planta, así como pasó con la otra, la cual perdió en el año 2015.
Indico que fue cuando vendía alfalfa en un triciclo que sufrió la lesión que provocó que se formará una llaga en la planta del pie izquierdo, misma que al infectarse ocasionó que perdiera la extremidad, amputación que le efectuaron en el hospital de La Villa.
“He sufrido mucho y ahora estoy sola porque mis hijos no me ayudan, pero aun así sigo saliendo adelante, porque yo vendí mi casa que tenía en Sagitario 1, en el 2009, para poder comprar mi terreno y darle también a mis hijos que ahora ni se preocupan por mí”, dijo triste doña Nazaria.
Sentada en su silla de ruedas, mostrando la canasta de la mercancía que ofrece a los transeúntes, explicó que en su vivienda tiene construidos dos cuartos con techos de lámina, así como otro más que decidió rentar para poder tener dinero para que una de sus nietas, que es la única que vive con ella, estudiara.
“Hoy no puedo sacar a Enrique Juárez Alvarado, el hombre que llevó Don Félix Fuentes Villareal, para que rentara el cuarto, donde ya no me pagan renta, con el argumento de que ahora le está pagando el terreno a él, quien se dice líder en la comunidad y a quien fue al que yo le compré el predio, y temó me dejen sin hogar, por eso intenté derrumbar parte de una pared para sacarlo, sin embargo llegó la policía municipal e hicieron caso omiso para desalojarlo”, relató Nazaria.
La mujer de la tercera edad hoy se mantiene firme y comentó que tiene miedo de perder el único patrimonio que le queda.
«Yo confié en una la líder de la fundación Carmen Zamora, quien siempre pensé me ayudaría, pero me hizo firmar un documento que yo pensaba era para que desalojaran al sujeto del que les hablo, pero no fue así, era un papel para otorgar el perdón de la denuncia que levanté en contra de estas personas que se quieren quedar con mi propiedad, y ahora se me negó la revocación de ese documento para proseguir la denuncia en contra de Félix, y Enrique”, hechos que quedaron registrados en el mes de agosto del año 2016 en la Carpeta con NUC número ECA/ECA/ EC2/034/030722/16/08.
“Hoy sufro por mi enfermedad, quisiera apoyo para curarme, porque no quiero perder mi otra pierna y mis hijos, a quienes les di todo lo que pude, no ven por mí, a veces en la noche me pongo mala y estoy sola, porque mi nieta, por la falta de recursos, también tiene que trabajar para que tenga dinero para ella, ya que yo no puedo comprarle lo que necesita y por esa razón tampoco puede pagar sus estudios”, narró doña Nazaria.
La mujer, llena de fortaleza y con una excelente memoria, con el rostro sonriente, comentó a que a veces pasa de cinco a seis horas en la calle, porque se pone a platicar con las vecinas para distraerse al no contar con una televisión para llegar a su casa a verla.
“Tengo una tele de las viejitas, pero no tengo dinero para comprar el decodificador, porque con lo que gano apenas me alcanza para alimentarme y poder comprar las medicinas que necesito para curarme y controlar la diabetes, enfermedad que padezco desde hace 20 años», recalcó.
A pesar de su padecer, señaló que ella realiza todas sus actividades normales sin que nadie la ayude, como lo es ir a efectuar sus necesidades fisiológicas, bañarse, cocinar, realizar la limpieza de su vivienda y bañarse.
“¿No me compra unos chiclitos? Ayúdeme, cómpreme unos dulcitos”, son las palabras que utiliza para poder vender su mercancía, indicó.
“Me siento sola, los hijos son muy ingratos, no se preocupan por mí y yo quisiera curarme, porque la pierna que me queda la arrastro para moverme, y aunque me aplico varios remedios, creo que puede empeorar y no tengo recursos para ir a clínicas particulares atenderme”, mencionó triste.
Aunado a eso, hace también un llamado a las autoridades para que le ayuden a desalojar a la persona que se niega a salirse del cuarto, que desde hace un año le rentó y tiene miedo de que la despojen de su terreno que compró con tanto sacrificio.