Siete meses de sufrimiento  y problemas de salud atraviesa doña Angélica, quien busca a su hija Lizbeth, de 26 años, que misteriosamente desapareció al salir de su trabajo en Tultitlan, rumbo a su casa ubicada en Tecámac, y aunque las autoridades siguen investigando el caso, no hay pistas sobre su paradero.

Lizbeth Hernández Cervantes, madre de una pequeña de cinco años, fue reportada como desaparecida el 16 de junio del 2018, después de que no volvió a la casa de su madre  en la colonia Lomas de Tecámac, donde vivía con su niña luego de separarse de su pareja.

Angelica, madre de Lizbeth,  dio a conocer que  su hija terminó su jornada laboral en la empresa donde tenía mes y medio laborando,  en el municipio de Tultitlán, y de ahí, según versiones de compañeros de trabajo, solo se acompañaron hasta la avenida José López Portillo, donde agarraron rumbos distintos y no vieron si abordó la línea 2 del Mexibús, que era la que tomaba para trasladarse a su hogar.

Esto fue investigado primero por la madre al ver que no regresó a su casa, después de buscarla con amigos, familiares y llamarla por teléfono que siempre estuvo apagado  y al pasar los días preocupada se trasladó a buscarla a la empresa de telemarketing,  donde tampoco tuvo éxito.

Su desesperación creció al saber que nadie, ni su ex pareja, sabían en donde estaba Lizbeth, que  desapareció sin dejar rastro.

El calvario para Angélica, quien tiene otro hijo y también es madre soltera, la cual dejó todo a un lado para trasladarse al Centro de Justicia de San Cristóbal en Ecatepec, a realizar la denuncia, sin embargo, por no ser el lugar donde su hija había desaparecido la enviaron a Tultitlán, donde también se negaron a iniciar su demanda, y la regresaron al Ministerio Público de Tecámac,

Explicó que de ahí la enviaron a San Agustín y fueron tres días los que se perdieron para poder iniciar su demanda que quedó registrada con el número de Carpeta con NUC: ECA/ECA/ECA/034/125052/18/06 y por las horas transcurridas cuando verificaron cámaras para ver los lugares donde posiblemente pasó, las imágenes ya  se habían actualizado.

La desesperación  aumentó al transcurrir los días y ver que nadie tenía información de su paradero, como si se la hubiera tragado la tierra, a pesar de hacer la difusión de la ficha de personas desaparecidas a través de las redes sociales.

Lizbeth, la joven madre, que el pasado 29 de octubre cumpliría 27 años, al momento de su desaparición tenía alrededor de ocho meses de haberse separado, se desvivía por su hija, que ahora está bajo el cuidado del padre, mientras la abuela sigue la imparable búsqueda de su niña.

Doña Angélica señaló que ha trabajado en conjunto con personal de la Fiscalía de San Agustín e inclusive con apoyo de federales, sin embargo, a siete meses de su desaparición no hay pista para poder encontrarla, ni viva, ni muerta.

La angustiada madre ha visitado Semefos y hospitales pero tampoco hay rastro de su hija, quien tenía muchos planes a futuro, uno de ellos fincar su propio departamento para vivir con su niña, sueño que quedó truncado desde que misteriosamente desapareció.

Su preocupación y el sufrimiento  por la pesadilla que atraviesa ha provocado que presente problemas de salud, al no saber que le paso a Lizbeth quien solo salía de la casa al trabajo y por la que derrama sus lágrimas diariamente.

Angélica no pierde la esperanza de encontrar a Lizbeth, quien le hace falta a su nieta y exhorta a la ciudadanía para que también la apoyen a difundir la imagen de su hija, porque insistió, alguien  podría proporcionar algún dato y que sería de gran ayuda para localizarla.