Para una madre no termina el dolor al recordar que se cumplieron cuatro años que su  hija Diana Laura fue privada de su libertad, torturada y quemada viva, junto con otros dos familiares, crímenes por el que  hay un sentenciado.

Con tristeza, su madre, Roxana, recordó que la última vez que vio a su hija Diana Laura Mejía Garnica con vida fue el 4 de enero de 2018, día que llegó a casa de su madre en los Héroes Primera Sección, en Ecatepec.

Ese día, dijo, se cambió de ropa y tomó en brazos a su hija de meses de nacida para acompañar a su cuñado y concuña a ofrecer juguetes que vendían por acercarse el Día de Reyes.

Por lo que subieron al auto tipo Golf, color gris oxford, con placas de circulación  MKW-64-10, del Estado de México, para dirigirse rumbo a la zona de la termoeléctrica, por dónde ofrecerían los juguetes.

Dijo que horas después comenzó la pesadilla al enterarse que su pequeña nieta, la hija de Diana, había sido abandonada junto a un centro de salud en el poblado de Maquixco, en Teotihuacán, misma que traía un número telefónico escrito en uno de los brazos que ayudó para avisarle al padre de la infante.

Comentó que al llegar al lugar se desvaneció al ver a su nieta y darse cuenta que su hija había desaparecido, por lo que desesperada solicitó ayuda para localizarla.

Dos días después de su desaparición, es decir, el 6 de enero de 2018, llegó la trágica noticia que la desmoronó, al saber que tres personas habían sido localizadas calcinadas dentro del vehículo en el que viajaban entre avenida San Juan y Camino Viejo, de la colonia San Jerónimo Xonacahuacan, municipio de Tecámac.

Roxana, su madre, quedó destrozada al confirmarse que se trataba de las tres personas desaparecidas entre las que se localizaron los restos de su hija Diana, la joven madre que dejó a sus tres hijos huérfanos.

«Mi hija era un gran ser humano, una madre ejemplar, trabajadora, que además se encargarse del hogar, también ayudaba a su marido a escanear autos», refirió Roxana quien llora todos los días la muerte de su hija.

Refirió que meses después, el mes de septiembre de 2018, tras investigaciones que realizó  el personal de la fiscalía mexiquense, lograron detener a uno de los criminales que participó en los crímenes.

Años después, el mes de agosto de 2021, de acuerdo a un comunicado emitido por  la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, se dio a conocer que el  asegurado identificado como Ezequiel Orihuela Pineda, quien se desempeñaba como policía municipal de Tecámac, fue sentenciado a 66 años de prisión, condena injusta  por su participación en los tres crímenes.

«Me duele, hace cuatro años que viví lo más terrible de mi vida, a mi hija la torturaron, le destrozaron sus dedos, le arrancaron los dientes y la quemaron viva, sin motivo alguno se ensañaron con ella, una madre amorosa que no le hacía mal a nadie y por ella ruego a Dios se haga justicia,» precisó su madre al recordar que hace cuatro años le arrebataron la vida a su hija y con eso le destrozaron su hogar.