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VOCES DE LA AUSENCIA: Mónica tenía 4 años y murió después de muchas golpizas

POR: / 23 de junio de 2019

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Mónica tenía cuatro años, y ella a nadie le importó.

 

“Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”.

Ryszard Kapuściński

 

LA COLUMNA ROTA/ FRIDAGUERRERA VILLALVAZO

El nueve de junio de 2019, una patrulla de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Ecatepec de Morelos transitaba por la calle Sol, de la colonia Estrella de Oriente, en Ecatepec, Estado de México, cuando al pasar por uno de los de domicilios se percataron de que un hombre y una mujer golpeaban severamente una niña, sin dudarlo se detuvieron a ver qué sucedía con la niña, la pequeña empezó a convulsionar debido a la golpiza que le habían propinado, la tía política de la pequeña les hizo saber a los policías que no era la primera vez que golpeaban a la niña, por lo que ambos fueron puestos a disposición del juez para que determinara su estado legal.

Una blusa color azul con un dibujo de una muñeca en el pecho, los brazitos estirados llenos de moretones a lo largo del brazo derecho, en la mejilla derecha todavía se apreciaba la marca de una mano que seguramente fue descargada llena de furia, de intolerancia, una y otra vez el pequeño cuerpo fue cruelmente castigado, la pequeña no paraba de convulsionar.

La nena fue trasladada por una ambulancia de Protección Civil, en ese momento al Hospital Regional 196 del Instituto Mexicano del Seguro Social. Sin embargo, debido a la gravedad de sus lesiones fue trasladada posteriormente al Hospital de la Raza. La Titular del Centro de Justicia Para la Mujer de Ecatepec, Sandra Pacheco García, se dio a la tarea de reunir los elementos necesarios para logar que los agresores fueran detenidos y puestos a disposición del Juez. Medios locales dieron cuenta de la detención de la madre, Verónica, de 24 años, y del padrastro, Ricardo, de 19. La historia no quedó en la detención por “lesiones”.

Mónica Aidé nació el 24 de junio de 2014, Verónica se hizo cargo de ella, el padre de la menor no asumió la responsabilidad por lo que fue registrada con los apellidos de su madre, durante algunos años Verónica se mantuvo sola con la pequeña Mónica, sin embargo, en abril de 2018 Verónica inició una relación de noviazgo con Ricardo, a los cuatro meses comenzaron a vivir juntos, primero en un lugar, luego en otro, Verónica se embarazó de otra bebé.

La pareja continuaba junta, Ricardo le pegaba mucho a Mónica, la madre solo le decía que no le pegará así, sin embargo, el continuó pegándole a la niña, en la cabeza, nalgadas, la aventaba, le propinaba puntapiés, la golpeaba en la espalda, la madre no cuestionaba solo le decía que no le pegará así, la madre también la violentaba porque la niña no se portaba bien.

Finalmente, el nueve de junio, el enojo y hartazgo de Ricardo y la violencia que ejercía contra la niña culminaron en la intervención de la familia de Ricardo, quienes al ver que eran detenidos al momento que agredían a la bebé confesaron que ya se habían dado cuenta de que le pegaban mucho a la inocente, que casi todo el tiempo se la pasaba llorando y ellos gritándole y violentándola.

El 13 de junio de 2019, el pequeño corazón de Mónica dejó de latir. Su pequeño cuerpo no logró resistir tantos golpes, el enojo, coraje, impotencia llenan la mente, las dudas otra vez surgen. ¿Por qué no denunciaron antes aquellas personas que se dieron cuenta de esta violencia?, ¿Por qué a pesar de las decenas de moretones que vieron ya no solo en Mónica, también en la otra bebé no hicieron más por evitar que una nena más viviera llena de terror, sin comer, llena de piojos, castigada frecuentemente hasta el desenlace fatal?.  Tenía cabello negro, ojos medianos y almendrados, en algún momento la peinaban con trenzas, era una hermosa niña de cuatro años, que le próximo lunes cumpliría cinco años, no, ya no los cumplirá, la apatía de quienes se dieron cuenta no lo permitió, la falta de responsabilidad del padre que decidió ausentarse tampoco, la falta de amor de su madre y la infamia de su padrastro no se le permitieron.   Perdónanos, Mónica.

El 30 de abril, en este mismo espacio, le contamos la historia de Samanta, otra pequeña que también murió a causa de los múltiples golpes que le propinaban su padrastro y su mamá. Infinidad de casos han cimbrado a los medios de comunicación y redes sociales, sin embargo, pareciera la mayoría de la sociedad se ha convertido en mero observado del horror.

Días después, también de forma anónima, me llegaron videos dónde una mujer violentaba a su pequeña, videos que informé siempre cuidando la integridad de la pequeña, donde el objetivo principal era y sigue siendo denunciar al Juez que dejó en libertad a esta mujer, a la que afortunadamente le quitaron a la niña, el proceso legal continua la madre en libertad, y la niña con su papá como una medida de restricción para que la agresora no se acerque a la bebé.

En días pasados, los indignados se horrorizaban publicando los videos y fotos de otra bebé que era violentada por su madre, en venganza del padre. Fue el mismo padre quien compartió todas esas evidencias, y así como el caso de Mónica, que llegó desde el anonimato a mi correo, llegó el de esa pequeña el 17 de mayo. La gran diferencia es que no podía hacer mucho con denunciarlo en redes sociales, porque esa bebé y sus hermanitos estaban en riesgo y nadie se atrevía a denunciar legalmente.  Afortunadamente (luego de la denuncia que hizo el padre en redes sociales) los pequeños fueron recuperados por la Fiscalía del Estado de México, en colaboración con la Fiscalía de Hidalgo.

El día 17 de junio de 2019, Verónica y Ricardo fueron vinculados a proceso por el delito de lesiones en contra de Mónica. Ayer mismo otro hecho horrorizante llego al chat de reporteros del Estado de México, del que soy parte, una niña de dos años asesinada y dejada frente a su casa, de inmediato pregunté si ya había detenidos, la respuesta fue negativa. Pedí de manera respetuosa a mis compañeros y compañeras que NO difundieran la foto del sujeto, y la razón es simple. Al exhibirlo, además de que violan sus Derechos Humanos (que lamentablemente tienen, aunque sean lo que sean), la otra causa es que alerta de inmediato al presunto responsable, ayudándole más a él que a la víctima.

Afortunadamente, la mayoría de mis compañeros no publicaron la foto del sujeto, y respetando la integridad de la niña editaron la foto al dar la nota. Sin embargo, una vez más en redes sociales, con tal de ganar likes, muchos compartieron la foto del presunto responsable y lo más grave la imagen de la pequeña tal como fue encontrada, obviamente las caras de enojo, likes y contenido compartido fueron muchísimos.

Algo debemos hacer, algo debemos entender para tener ética y responsabilidad a la hora de divulgar, afortunadamente muchos de mis compañeros y compañeras la tuvieron estamos tratando de entender que debemos aprender a informar con perspectiva de género, sin sensacionalismo, sin caer en la vulgar nota amarillista del momento, sin revictimizar a las víctimas directas e indirectas. Ponderando siempre la dignidad humana.

Sin embargo, las redes sociales no tienen freno, y sin escrúpulos exhiben a las víctimas, escudándose en que al compartir ya están ayudando a las víctimas cuando esto no es real.

Al inicio de este texto cito al maestro Kapuscinski, el que por medio de sus narraciones nos hizo entender y aprender lo que era informar siempre apegado a la ética, respeto y amor por quienes interpretaba.

“Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias.“ —  Ryszard Kapuściński

Y en esta frase anterior yo agregaría que para ejercer la libertad de expresión debemos ser buenos seres humanos, no dejarnos llevar por el amarillismo vulgar y ordinario, sin pensar en las víctimas, para denunciar (en redes sociales), necesitamos ser buenos seres humanos, tocarnos el corazón, pensar cada que compartes una imagen exhibiendo a una víctima, detenerte a verla detalladamente, cerrar los ojos e imaginar que es tu hija, tu hermana, tu bebita, que al darle click a esas imágenes no la vas a ayudar, lo harás más denunciado a tiempo, lograras mucho más ayudando a las autoridades ejerciendo presión, sí denunciando pero no poniendo en riesgo ni el proceso legal, ni asesinando nuevamente a la víctima.

He sido atacada en diversos momentos por personajes faltos de ética y moral, de personajes que hacen de la tragedia un espectáculo, un circo, sin respetar el verdadero dolor de las víctimas, aquellas que se quedan solas en casa, reviviendo el dolor, y que por estos personajes son olvidadas luego de dar su nota sensacionalista o compartir su publicación que tienen miles de likes cómplices.

La reflexión que haría sería nuevamente esta, llevamos más de 50 niñas asesinadas en lo que va de 2019, nos indignamos con aquellas que se vuelven “virales”. Nos sentimos bien y nos vamos a dormir cuando compartimos las imágenes de denuncia. Pero ¿por qué? No nos atrevemos a intervenir cuando una niña o niño cercano a nosotros está siendo violentado, ¿por qué no nos metemos cuando alguien pide ayuda a gritos? ¿Será que es más fácil acallar nuestras conciencias con nuestro ciberactivismo, que de verdad ayudar a prevenir que esto siga pasando?

El asesino de la niña de dos años que fue asesinada el 17 de junio de 2019, sigue prófugo, quién sabe cuándo sea detenido, estamos tratando de ayudar como sociedad civil desde este espacio, sin embargo, cada vez que los alertan cuesta más trabajo.

Mi trabajo es meramente en medios electrónicos, en redes sociales, tengo trece años haciéndolo, pero siempre apegada al respeto humano, a la solidaridad, a la sororidad y la necesidad diaria de dignificar a las víctimas, coadyuvando para que estos asesinos de verdad paguen, no, no soy la única somos muchas voces indignadas, pero debemos siempre, anteponer la ética, la responsabilidad, el respeto al momento de informar, o, divulgar. Eso lo adopte desde el primer día que inicié siendo la voz de quien me ocupe.

Junio 2019.

Eres madre, padre, hermana, hermano, hija o hijo de una mujer víctima de feminicidio, desaparición o intento de feminicidio, búscame, ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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