AMECAMECA, Méx.- 14 DE NOVIEMBRE DE 2017.- No basta con tener un familiar enfermo y no tener los servicios de salud cerca de su domicilio, sino que los derechohabientes tienen que hacer todo un peregrinar para poder recibir atención médica y obtener un tratamiento adecuado.

Suena la alarma a las 4:30 de la mañana en un domicilio de la delegación de San Francisco Zentlalpan, en un día como cualquiera, pero en esta ocasión, María, vecina de la comunidad, pretende salir con dirección a la clínica del ISSEMYM, la cual se encuentra en la cabecera municipal.

Con su pequeño de 5 años enfermo, con una tos que no lo deja dormir, María se prepara abrigándose bien, ya que el frío en estos últimos días se ha incrementado  considerablemente al grado de llegar a 5 grados centígrados en la zona.

En un camino a semi oscuro, María camina sola en la calle cerca de las 5 de la mañana con el objetivo de llegar a la parada, la cual se encuentra mal iluminada ya que las lámparas parecen estrobos o luces de árbol de navidad al prender y apagar.

La primera travesía se cumplió, la cual era llegar a la parada del pueblo que se encuentra en el acceso a la delegación sobre la carretera federal México-Cuautla, ahora hay que esperar una combi del transporte público para poder trasladarse a la cabecera municipal donde se encuentra la clínica regional del ISSEMYM, por suerte solo 15 minutos tardó en arribar una combi donde apenas sobraba un lugar.

Una vez en las instalaciones de la clínica, María se encontró con una fila de más de 15 personas quienes ya se encontraban apartando su lugar para poder recibir una de las pocas fichas que el instituto de salud da cada día.

Con el frio a todo lo que da, parados junto a los barrotes que limitan el acceso a las instalaciones de la clínica y con un panorama hermoso al observar de frente el amanecer junto a los volcanes, María y los demás vecinos esperaban el momento en que los oficiales abrieran las puertas para poder ingresar a la sala de espera y protegerse del frio.

Son cerca de las 6:00 am y aún los afiliados tendrán que esperar una hora más para que les sean entregadas las fichas y poder recibir el servicio de salud, mientras muchos de ellos aprovechan para tomar una siesta de unos minutos.

Son las 6:55 am y a lo lejos se escucha una voz que dice, “se forman como vinieron llegando, se les recuerda que tienen que llegar 15 o 20 minutos antes para tomar asistencia, recuerden que ya todo es digital”, señaló una señorita la cual se encarga de dar las fichas correspondientes.

Es el turno de María, y al llegar entrega la credencial de su menor hijo, el cual presenta un cuadro de resfriado con una intensa tos con flemas, la cual no lo ha dejado dormir muy bien durante dos días, “para pediatría por favor” le señaló María a la señorita que le contesta, “para pediatría ya no tengo consultas”.

María, al escuchar eso, sintió como un balde de agua fría caía sobre de ella  ya que después de todo lo que pasó no pudo alcanzar una ficha para su menor hijo, por lo que regresó a su domicilio con los mismo honores con los que salió cerca de las 4:30 de la mañana, cosa que tendrá que repetir al día siguiente, parándose más temprano para poder alcanzar una ficha.

Esto es lo que pasa con muchos de los afiliados a las instituciones de salud, una travesía para llegar a los lugares que brindan un muy mal servicio según los afiliados.