El presidente de Transparencia Electoral, Leandro Querido, advirtió que los nuevos escenarios sociales derivados de la crisis del Covid-19, podrían ahondar la “fragilidad” de la institucionalidad en los procesos electorales de América Latina e incluso incrementan el riesgo de que algunos sectores aprovechen el momento para hacer movimientos que les permitan un mayor “acumulamiento de poder”.

Al participar en la mesa “Riesgos del Covid-19 en las democracias de América Latina”, organizado por el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), dentro del programa “Detrás de tú voto”, el experto en temas electorales de todo el mundo, reconoció que las organizaciones electorales están en “alerta máxima” ante los riesgos que trae consigo para las democracias y la institucionalidad de los procesos electorales, la actual contingencia sanitaria.

Señaló que a partir de la pandemia hay más de 50 procesos electorales en todo el mundo que ya han sido postergados, incluyendo elecciones en América Latina donde la fragilidad de las formalidades electorales también es frágil.

“Estamos viviendo una situación bastante anormal, compleja, que tiene que ver con esta situación y esto impacta en la vida de todos nosotros y también impacta por lo tanto en los procesos electorales y los procesos políticos, y eso lo estamos viendo ahora mismo con la postergación de más de 50 procesos electorales en todo el mundo, hay mucha preocupación porque la crisis sanitaria da lugar a otras crisis, que pueden ser crisis políticas o de otro tipo, se preguntan si las crisis y las democracias están en juego no?, y evidentemente algo de eso hay, porque la institucionalidad democrática de América Latina es débil y hay algunos actores políticos que aprovechan estas circunstancias para hacer sus juegos político, relacionado con la acumulación de poder indiscriminado”, puntualizó.

Por su parte el presidente del IEEM, Pedro Zamudio Godinez, reconoció que las nuevas condiciones sociales que ha traído consigo la pandemia del Covid-19, no solo representan riesgos incluso para México, donde también se han comenzado a ver impactados algunos factores relacionados con el proceso electoral del año entrante, sin embargo aseguró que este nuevo panorama también puede plantear oportunidades.

Entre éstas, ambos mencionaron la necesidad de revisar la excesiva normatividad y controles que giran en torno a las diversas etapas del proceso, con el propósito de revisar cuales aspectos deberán modernizarse o actualizarse pues habrá que evitar en el futuro que en las elecciones se minimicen al máximo las interacciones sociales, ante potenciales riesgos de contagio de Covid-19.

También coincidieron en la oportunidad de “desescalar” estos excesivos controles y aprovechar las nuevas tecnologías, como la instrumentación, ahora sí, de la urna electrónica, como opciones tecnológicas para no lesionar la calidad de las elecciones y aprovechar la tecnología.