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Chiconautla, crónica de un infierno de violencia y corrupción visto desde adentro

POR: / 9 de noviembre de 2017

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ECATEPEC, Méx.- Robos, extorsiones, abuso de autoridad, asesinatos, violaciones a los derechos humanos, crimen organizado y un sinfín de actos aborrecibles son el pan de cada día en el penal de Chiconautla, donde, como en la mayoría de los penales, autoridades e internos se encuentran coludidos para hacer la vida imposible de reos y sus familias.

Francisco Chávez, un vecino de Ecatepec que estuvo sometido a un proceso penal durante dos años dentro de este sitio, del cual salió absuelto al no comprobarse los crímenes de los que se le acusaban, narró a A FONDO ESTADO DE MÉXICO que durante su estancia en dicho centro fue testigo de un gran número de delitos, vejaciones, ultrajes, abusos y violencia que a diario se vive.

En la actualidad, en penal de Chiconautla alberga a más de 4 mil 500 internos, aunque extraoficialmente se mencionan hasta 10 mil, siendo que fue diseñada solo para 950, dicha población se distribuye estratégicamente en 5 dormitorios principales:

Indiciados: En este espacio existen 14 celdas, donde los internos visten de color azul rey, mismas en las que puede haber hasta 100 hombres en un espacio de 10 por 5 metros, en este lugar se encuentran hombres sometidos a proceso que no han sido sentenciados.

Cabe mencionar que este lugar existe el llamado dormitorio 13, donde homosexuales y personas enfermas comparten un insalubre espacio.

Dormitorio 5: Este espacio alberga 34 celdas, en las cuales se encuentran funcionarios públicos y policías, se considera un espacio VIP ya que como máximo conviven 20 personas por celda.

El Cubo: Este lugar es un dormitorio de castigo para personas que cometen actos violentos dentro del penal y para reos que trasladan de otros penales, aquí se viste color naranja y se les considera de alta peligrosidad.

De protección: Aquí es donde funcionarios de alto rango, delatores o ‘chivas’ y reos que trabajan con la policía se encuentran enclaustrados y viven con ciertos privilegios.

Femenil: Aquí conviven sentenciadas y en proceso.

Añade que existe la compra de llaves, el derecho a tener tu propia celda, lo cual tiene un costo de entre 40 50 mil pesos, cantidad que se reparten entre el reo a cargo, el custodio y el director del penal.

Cabe mencionar que existe un lugar llamado el Dormitorio 4, donde no existen los sanitarios y los internos deben hacer sus necesidades en coladeras que ellos mismos deben limpiar con las manos ya que aquí se envía a todos los que no tienen para pagar su celda, ya que donde sea que se encuentren hay reos designados por los custodios para cobrarles 30 pesos a la semana por el solo hecho de tener celda.

Esta denigrante labor, a la cual llaman ‘la talacha’, hecha por los ‘monstruos’, reos del dormitorio 4, consiste en dormir en un baño junto a otra 20 personas, de pie, ser levantados a las 6 am a limpiar el patio de visitas, de rodillas, así como varias celdas, labor durante la cual les arrojan agua caliente y orines para torturarlos y orillarlos a pagar cerca de 3 mil 500 pesos para salir de ‘la talacha’.

Las visitas que a Chiconautla acuden cada semana, narra el ex recluso, tienen prohibido llevarles cualquier objeto, incluso libros, para ello, custodios los obligan a hacer sentadillas desnudos, incluso a las mujeres, para certificar que no porten nada incluso introducidas en la vagina o el recto, como a veces acostumbran para pasar la droga.

Menciona que los días viernes, un día antes de las visitas, los custodios comienzan a vender pases para que las familias no se formen o sean ignoradas al acudir, los cuales cuestan entre 50 y 300 pesos, dependiendo la situación del recluso.

Una vez que acuden y logran entrar, las mujeres son agresivamente tocadas por los oficiales y los hombres amenazados, hecho que también se puede evitar pagando, así como el acceso de alimentos, que aunque se pague para meterlo a sus familiares, una vez en las celdas, los reos se las quitan o les escupen a los platillos que les llevan.

Mencionó también otra serie de pagos que se hacen al interior, como los diez pesos para salir de la celda un rato, $30 por llamada telefónica de 3 minutos, $5 al pasarles lista, $150 a la semana para tener comida, más lo que quiera el interno, como cigarros, alcohol y droga, misma que manejan los internos más conocidos o pesados.

Cerca de diez pesos es los que cuesta un diminuto cigarro de marihuana, al cual se le pueden dar dos o tres fumadas, señaló, la piedra cuesta también diez pesos, pero un solo ‘golpe’, la caguama se valora en 200 pesos y una cuba hecha con gel antibacterial ronda los 100 pesos, todo esto, manejado por concesiones que los custodios dan a ciertos reos con facilidad de control o acceso al exterior para manejar extorsiones y amenazas.

La prostitución es un acto también muy común dentro de Chiconautla de diversas formas, una de ellas es que siempre hay sexoservidoras afuera del penal los días de visita, por lo que los reos deben pagar 350 pesos por hora en la zona ‘íntima; asimismo, los oficiales llevan este servicio a otros reos por cantidades cercanas a los 1200 pesos.

Otra forma de prostitución, narró, es que un custodio del área varonil acude con la oficial que cuida el área femenil y lleve a alguna interna dispuesta a realizar la labor de sexoservicio en el llamado Pasillo de la muerte, un lugar que divide la zona de hombres de la de mujeres, la cual está fuera del alcance de cámaras y personal de seguridad, donde se realiza el acto sexual por el cual ambos custodios reciben dinero, siendo la interna quien recibe la menor parte; dijo el denunciante que en este pasillo incluso han ocurrido asesinatos nunca mencionados.

Las extorsiones son apadrinadas por las autoridades del penal, como el caso que recientemente dio vueltas en medios de comunicación, en la que ‘El Tatos’ tortura a reos a cambio de dinero y propiedades. Este tipo de hechos ocurren a diario, en los que cientos de internos deben solicitar a sus familiares hacer depósitos a cuentas de Coppel y Banco Azteca que los oficiales les proporcionan, para evitar ser torturados y humillados.

Añadió que existen varios grupos de control dentro del penal, como los llamados ‘Durgas’, dueños y amigos del famoso antro de Ecatepec hoy clausurado, los ‘Arellanos’, la banda de ‘El Tatos’, entre otros, quienes controlan la distribución de drogas, celulares y armas, mismas que también se rentan a quien le interese portar un móvil o una ‘punta’ por unas horas.

Asimismo, los miles de reos ahí recluidos pagan una infinidad de cuotas, desde los 5 pesos de lista, hasta los 40 mil por celda, pasando por el derecho a la comida o al baño, cuya cuota debe ser cubierta para no ser objeto de torturas y vejaciones, incluso de violaciones.

Finalizó citando el dicho más famoso entre reos y custodios, el cual refleja la vida diaria en Chiconautla: ‘Aquí todos los servicios son gratuitos, los paros son los que cuestan’.

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