ECATEPEC, Méx.-20 DE SEPTIEMBRE 2018.- Doña Agustina, a quien hace  algunos hace años le  secuestraron y asesinaron a una hija, nuevamente se enfrenta  al infierno que se vive en vida al perder  a José, otros de sus vástagos, quien murió en el accidente de la combi en la México- Pachuca donde fallecieron 13 pasajeros, dejando huérfana una hija de once años, mientras la apatía de la empresa de transportes involucrada, pretende fastidiarlos para evitar responder por la reparación de  daños.

José Tapia Martínez,  de 35 años de edad, abordó  la combi de la ruta «Transportes Ecatepec»  con placas de circulación  060-75-3K, en Héroes Ozumbilla entronque con la Sección Jardines de Tecámac cerca de las 04:30 de la mañana, rumbo a su trabajo a la Ciudad de México, la mañana del 20 de julio, cuyo chofer irresponsable se impactó en la parte trasera de  la góndola de un tráiler.

José, padre de una menor de 11 años, perdió la vida durante el fatal percance, dejando también a su esposa Eliza Olvera desamparada,  porque él era el  único sostén de la familia y quien, además, ayudaba a sus padres.

Agustina Martínez, de 58 años de edad, madre de José, comentó, que su hijo era obrero de la empresa Procter, donde llevaba alrededor de 9 años trabajando, con el sueño de sacar a su hija adelante y terminara una carrera profesional.

Doña Agustina recordó  que hace diez años atravesó por  el sufrimiento del secuestro y asesinato de la mayor de sus hijas, que fue encontrada muerta por el estado de Michoacán y  hoy nuevamente enfrenta el dolor,  al perder a José, el hijo que era un gran ser humano y que  además de tener su hogar propio, estaba al pendiente de ellos y siempre los ayudaba.

Sus compañeros de trabajo, aseguró, también lamentaron la muerte de José, quien era un hombre trabajador y a quien le gustaba apoyar y llevar buena convivencia con los empleados que lo consideraban un hombre noble del que aprendieron mucho, así como  su amigo Julio, quien también falleció en ese mismo accidente.

Precisó que su hijo llevaba más de seis años viviendo en Tecámac, donde sus propios vecinos lloraron su ausencia y no podían creer que un gran ser humano muriera por culpa de un irresponsable chofer.

Explicó que que a dos meses de los hechos, la empresa transportista solo trata de hacer que se fastidien con la intención de  deslindarse de la reparación de los daños, con el argumento de que la aseguradora Afirme, no quiere pagar y  con la intención de que el seguro de la autopista se haga cargo.

Agustina hizo hincapié en que la empresa transportista pretende   cansarlos para no pagar indemnizaciones a familiares de las víctimas, porque recalcó  que en la Secretaria de Movilidad de Tlalnepantla fueron bien recibidos, mientras que en la dependencia ubicada en Cerro Gordo solo les dieron mala atención,  y lo único que hicieron fue escucharlos y tomarles fotografías, sin respuesta alguna.

«La empresa de Transporte Ecatepec, quiere  envolvernos, y con tantas vueltas quiere  cansarnos, para deslindarse, porque nos trataron muy mal, «como  si fuéramos personas ignorantes, pero yo me preocupó por mi nuera y mi nieta que quedaron desamparadas porque ella no trabajaba y ahora tiene que cumplir el sueño de mi hijo, para que mi nieta  siga estudiando hasta que culmine sus estudios profesionales», platicó.

Reiteró  que el sábado pasado tuvieron audiencia en los juzgados de Chiconautla con el chofer que ya está preso, con muy poco  avance y tendrán que esperar dos meses para otro careo, e insistió que aunque sea un  proceso largo no descansarán hasta que pague por haber causado la muerte de las trece personas, incluida la de su hijo José.

Acompañada de su esposo José Tapia Sánchez, de 59 años de edad, también comentó que la empresa donde trabajaba su hijo, al que consideraban  un excelente trabajador,  se han portado a la altura, brindándoles todo el apoyo a Eliza la esposa de José.

«Otro dolor en mi vida, aún no puedo recuperarme  porque hace diez año secuestraron a mi hija, pagué rescate y me la mataron, ahora más sufrimiento con la muerte de mi  segundo hijo,  es horrible, es un infierno que se vive en vida», dijo doña Agustina.

«Me decía, mamita ustedes no se preocupen, lo poco o mucho que yo pueda apoyarlos aquí voy a estar y le echo ganas porque quiero que a mi esposa e hija no les falte nada, quiero que mi niña termine una carrera», palabras que, recordó, siempre le decía su hijo.

Señaló que es importante  que los dirigentes de la empresa tomen cartas en el asunto y las medidas necesarias  para evitar accidentes y no haya más víctimas, por el dolor que ellos están atravesando, que realicen una supervisión de sus choferes que son responsables de las vidas que transportan, porque solo piensan en llenar sus bolsillos a costa de las vidas y  es necesario que la Secretaría de Movilidad intervenga para que  se hagan responsables de los daños que causan las empresas de transporte público.

Finalmente,  exige a las autoridades se pongan a trabajar para que se haga justicia, porque  insistió, que no están cobrando por sus seres queridos, peto es justo que se pague  por los daños y solo  buscan un apoyo para las, madres, esposas e hijos de los pasajeros fallecidos, que quedaron desamparados.