“El Toto”, un hombre de 56 años, desde hace tiempo vivía en condiciones de calle; las adicciones lo acabaron, hicieron que abandonara su hogar y su familia.
Este domingo «El Toto» amaneció sin vida, acostado y envuelto entre sábanas donde dormía en la esquina de Calle 4 y Privada de Escuela, en la colonia Agrícola Pantitlán, Alcaldía Iztacalco.
Sus últimos días ya se notaba cansado, muy acabado y apenas podía caminar, comentaban entre vecinos y comerciantes de la zona que lo conocían y apoyaban con comida.
«Él era comerciante, un tiempo estuvo vendiendo discos, pero lástima que su adición lo llevó por otro camino, a pesar de ello era muy buena persona, ayudaba a barrer para ganarse un taco, un tiempo vendió flores hechas con latas de aluminio, adoraba a las mujeres y solía regalarles una flor», recordó un vecino.
En un local de “Club Herbalife” comenzó a sonar una canción del Tri, un joven comenzó a cantar:
“Las piedras rodando se encuentran… y tú y Yo algún día nos habremos de encontrar,mientras tanto cuídate y que te bendiga Dios”.
Con la mirada perdida en el lugar donde terminó el cuerpo de su amigo comentó: “Esa rola le gustaba al Toto”, realizando un mueca con la boca y se retiró.
Algunos familiares llegaron al lugar, platicaron con los peritos de la Fiscalía Capitalina, con lágrimas en los ojos únicamente vieron cómo el Toto era envuelto en una bolsa blanca y fue subido a la camioneta forense que lo trasladó a sus instalaciones.
La comunidad quedó consternada por la noticia, ya no pudieron despedirse de él, solo lo vieron ahí en el suelo dormido, pero esta vez ya no despertará.
