CÍRCULOS DE PODER

Por María Teresa Montaño

*De lo mucho que tienen que explicar los dirigentes de Morena, ante un trabajo deficiente en la integración de planillas y de las «proyecciones» en el debate del pasado domingo…

Estamos exactamente a un mes de que arranquen las elecciones en el estado de México y el escenario está prácticamente configurado. Con casi 14 mil candidatos, de los cuales el 52% son mujeres,  los partidos han entrado en un nuevo  proceso para construir sus estrategias electorales, en tanto que algunos partidos, como Morena, han retrasado ese capítulo consumidos por pugnas internas y una mala administración de sus reservas, por decirlo de algún modo.

La entrega de planillas incompletas, mal integradas y con información insuficiente para avanzar en los registros, constituye todo un tema que debe ser explicado por el o los responsables de Morena en ese proceso de selección e integración de propuestas. Frente a un electorado que busca desesperadamente un cambio y lo avizora, con razón o no, en el partido que encabeza Andrés Manuel López Obrador a nivel nacional, y Horacio Duarte, a nivel estatal, es incomprensible que sus dirigentes regionales, municipales o de cualquier nivel, hayan hecho tan mal trabajo político para construir y registrar planillas que en un total  de 15 municipios simplemente no tendrán aspirantes, no quiero pensar en el enojo y frustración de los electores pro-morena, en esas demarcaciones.  Sin duda que Ricardo Moreno, a quien señaladamente se ha mencionado como el responsable directo del desastre, incluso desde15 días antes por militantes de Morena, tendrá mucho que explicar y responder ante los seguidores de ese instituto político.

El asunto no es para menos, no olvidemos que en las pasadas elecciones, Morena se constituyó como fuerza política con alto perfil competitivo  en el Estado de México, donde llegó a la cantidad de un millón 871mil 542 votos, en 13 distritos donde técnicamente desbanco al PRI y al PAN, incluyendo localidades como Naucalpan y el propio Ecatepec. De ese tamaño es el potencial de Morena en Edomex, sin embargo, disminuido ahora por la deficiente actuación de sus propios responsables. Pero yendo aún más lejos, confiemos que esta mala integración de los equipos de Morena para competir en esas 15 localidades, haya sido producto de la falta de coordinación y deficiencias incluso de tipo personal o de equipos, que una “agenda oculta” de dirigentes movidos por interesas cercanos a Toluca…

Por otra parte, como último comentario, es lamentable el nivel de desprecio a la inteligencia de los mexicanos, que vimos en  el debate.

Escuchaba en uno de los tantos post-debates que nos inundaron en internet, la sorpresa con que uno de los comentaristas detallaba cómo José Antonio Meade, Ricardo Anaya y Margarita Zavala –sobre todo los dos primeros-, lanzaban un tumultuario linchamiento de descalificaciones morales para atacar la principal característica que ha sostenido la lucha y figura de Andrés Manuel López Obrador,  a lo largo de casi dos décadas, su honradez, pero lo que más llamó mi atención es que ese comentarista señalaba que justo todos los descalificativos que lanzaban contra el también fundador de Morena, eran atributos que solo podían definirlos a ellos mismos.

En  la psicología, ese efecto de la personalidad, de lanzar sobre otros lo que no aceptamos de nosotros mismos, se le conoce como “proyección” y es un fenómeno muy estudiado de la psique humana, de hecho en el argot común,  se dice, entre grupos de autoayuda, que “lo que te incomoda te acomoda”.

La única  falsedad, deshonestidad, corruptelas y moustrosidad moral que escuchamos lanzarse entre sí o contra López Obrador,  a  los aspirantes del PRI –falso ciudadano que usa una supuesta honorabilidad para tapar la corrupción monumental del partido gobierno que lo postula-, el PAN –por partida doble- y el Bronco, incluido, definen sin lugar a dudas a cada uno,  pues el solo hecho de usar la descalificación y mal uso deliberado del mensaje del oponente -en el tema por ejemplo de la amnistía-, es más que suficiente para desconfiar de cada uno como personas, ya ni que decir como políticos…

Hasta la próxima.