De acuerdo con los primeros datos, César Marino de siete años y su hermano Neidan Abraham de ocho, estaban jugando en casa bajo la supervisión de su abuela, pero de un momento a otro encontraron el arma de su papá. Esto, dentro de su domicilio ubicado en la comunidad de Miacatlán, en el estado de Morelos.
Cuando la abuela salió por algo a la calle, los menores habrían aprovechado para jugar con el arma sin ninguna restricción, una bala se les escapó accidentalmente y ésta impactó en el cuerpo del pequeño César.
Neidan salió de inmediato a la calle en busca de ayuda, el señor de la tienda de la esquina fue quien llamó a los servicios de emergencia, los cuales al llegar trasladaron al niño al Hospital de Tetecala, sin embargo al llegar a la clínica el menor ya había fallecido.
Los médicos del hospital fueron quienes dieron parte a la Fiscalía, luego fue transportaron el cuerpo a la Semefo.
Más tarde, personal del Servicio Médico Forense (Semefo) realizó el levantamiento del cadáver del menor, que supuestamente se hirió de manera accidental al accionar un arma de fuego de calibre .380 que estaba manipulando.
Al lugar donde ocurrieron los hechos arribaron elementos del Ejército mexicano, de la policía de Morelos y de la Guardia Nacional en búsqueda del dueño del arma de fuego, pero no se informó si fue localizado.