Una madre llora frente a la tumba de su hija, la mujer no quiere separase de la cruz de Alexandra, todos los asistentes al sepelio han abandonado el lugar uno a uno, la tormenta que se aproxima evidencia su luto.
Las nubes negras amenazan con caer en el camposanto, aunque las lágrimas de la mamá ya mojaron la sepultura que esta cubierta por los coloridos arreglos florales característicos en todos los entierros en México.
Otra joven reza y carga una fotografía que al observarla le es imposible no llorar, tiene el rostro de su hermana, la menor, la gente se pregunta por qué ella, una chica que tenía sueños y toda una vida por delante.
«Era una chava muy tranquila, no era de las que se salen y se la pasan en la calle», dice una vecina que acompañó el funeral, oculta entre las cruces no da crédito de la tragedia ocurrida en el municipio de Xalatlaco.
La violencia ha alcanzado a todos los sectores de una de las entidades más peligrosas del país, al no ser un caso mediático ningún funcionario público local o estatal se ha pronunciado ni apoyado a los deudos.
A las pocas horas de conocerse el atroz crimen, inició el repudio generalizado de la gente ante la falta de garantías para las mujeres que a diario son víctimas de la violencia machista y el gobierno es incapaz de protegerlas.
El homicidio de la estudiante
Alexandra, tenía 18 años de edad, sus familiares y amigos, la describen como una jovencita tranquila a quien rara vez la veían en bailes populares -comunes en la región-, cuyo sueño era concluir sus estudios.
El lunes 14 de septiembre, la muchacha de 18 años de edad, salió del barrio San Francisco llevando a su pequeña sobrina tenía como destino verse con un chico conocido, eso fue lo último que supo su familia de ella.
Ese día, inició el viacrusis para los Vara Cervantes, una desaparición es lo peor que le puede pasar a una familia, al no saber nada de su conocido, aunque en esta ocasión los delincuentes llamaron para pedir un rescate.
Los últimos datos refieren, secuestradores pidieron 200 mil pesos para dejarlas en libertad, aunque todavía no está claro en qué lugar y cómo se dio el plagio, al ser una zona rural no existen cámaras de seguridad.
Pese a entregar un pago menor al inicial, los delincuentes únicamente liberaron a la niña, tres días después, casi una semana más tarde, el cadáver de la joven apareció en una cueva, tenía huellas de abuso sexual.
El miércoles pasado, una llamada paralizó a los padres de Alexandra, agentes ministeriales pidieron que fueran al Semefo había un cuerpo con las características de ella, al llegar sin dudarlo la identificaron.
Apenas tuvieron unas horas para poder despedirse, los más allegados a la familia acudieron al sepelio en el cementerio municipal por la prontitud y pandemia por el Covid 19, este viernes le dieron el último adiós.
La indignación de un pueblo
Cuando uno piensa en Xalatlaco un municipio ubicado a unos 40 minutos de la capital mexiquense lo primero que viene a la mente es la tala clandestina y opacidad de las autoridades para frenar la deforestación.
A menos de un kilómetro de las oficinas del alcalde, que apenas esta semana anunció su adhesión a Morena tras abandonar las filas del Verde Ecologista, una madre se maldice por la pérdida de su hija menor, como si fuera su culpa.
«Porque te fuiste y me dejaste», dice entre llantos la mamá que apenas puede sostenerse apoyada por dos hombres que no la dejan caer, mientras de fondo en el panteón el mariachi entona la canción A mi manera.
En una entidad, donde al menos una mujer es asesinada a diario y se está acostumbrando a las noticias crueles, el homicidio de la joven ha indignado a los pobladores quienes exigen justicia por su muerte.
El hartazgo ha inundado las plataformas de redes sociales, sin embargo, allegados a la víctima omiten hablar del tema, dicen tener miedo por la forma en que privaron de la vida a la estudiante de preparatoria y sufrir represalias.
En el Estado de México en los primeros ocho meses del año han sido asesinadas violentamente 283 mujeres, sin embargo, para la Fiscalía estatal únicamente 97 casos cumplen con la condición de ser un feminicidio.
En ese periodo, los crímenes por violencia de género se han incrementado un 36 por ciento en una entidad que cuenta con una doble Alerta pero ha sido incapaz de frenar la violencia machista en los últimos años.