Cuando los hombres ‘son mujeres’: el ‘Baile de las Marotas’ es una tradición arraigada en la zona de los volcanes, en el Estado de México, Morelos y la zona poblana aledaña a los enormes vigilantes.
Las palabras no hacen una verdad. Se dice que las marotas nacen desde la prohibición de los pueblos donde las mujeres no podían ser vistas por alguien que no fuese su esposo, el cual salía vestido con la ropa que ‘no le corresponde’.
Carnaval, Día de Muertos, Semana Santa o cualquier evento digno de salir a abusar de las calles y caminarlas, son días donde las marotas salen a lucir prendas femeninas.
En palabras de los que saben y los que no, dicharachos, especialistas y otras versiones, los ‘marotos’, como también se les conoce, bailaban, comían y bebían lo que la mujer de casa no debía, no podía o no quería.
En épocas recientes, se le ha dado otro contexto, específicamente en las zonas de los volcanes del Estado de México, tal es el caso de Chalco, Amecameca, Tlalmanalco, Cocotitlán, Ecatzingo, entre otros lares que comparten tradiciones y usos.
‘Vamos a decirles cosas’, dicen los presentes mientras lanzan los piropos que no deben salir de boca alguna.
Sin embargo, hay quienes reniegan esta versión. No hay que cambiar el tema, no confundir unas con otras; una es una y otra es otra.
En fechas de Día de Muertos se hace más notorio este festejo carnavalesco donde los hombres travestidos, vestidos, maricones, jotos y demás adjetivos usados, lucen sus mejores prendas que les ajusten a sus no muy estéticos cuerpos.
La zona de los volcanes en el Estado de México se caracteriza por tener y conservar tradiciones y costumbres que no coinciden con el resto de la entidad, y qué decir del país.
Así que ¡bailemos, marotas!