El día de ayer cayó el “Tostón”, su esposa y siete más de una banda de falsificadores de billetes, quienes además de producirlos, los distribuían en cuatro estados del país; el laboratorio operaba en dos alcaldías de la Ciudad de México.
El cateo y detención estuvo a cargo de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la Procuraduría de la República (PGR), quien encontró un centro de operaciones bastante nutrido, pues entre “los hallazgos” se hallaban 130 mil billetes apócrifos –principalmente en denominaciones de 200 y 500 pesos–.
Además de cuatro impresoras, hilos 3D para billetes de 500, guillotinas de corte, placas de serigrafía, consumibles y papel para impresión, trituradoras de papel, computadoras, tabletas electrónicas, dispositivos USB, discos compactos, teléfonos celulares, armas cortas y largas, así como drogas.
Este centro de falsificación –se se dividía en dos sedes– fueron localizado en Los Picos, colonia de Iztacalco, en donde el “Tostón”, el líder de esta organización delictiva, fue capturado junto con su esposa; además de ser quienes distribuía los billetes, el otro lab se encontró en Álvaro Obregón.
De acuerdo a las investigaciones de la AIC, esta banda opera principalmente en la Ciudad de México, en el Estado de México, en Guanajuato e Hidalgo.
Por su parte, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) reveló que durante 2017 el número de billetes falsos en México fue de 335 mil billetes –equivalente a 112 millones de pesos–. Indicó también que ésta es una práctica que va en aumento, pues de 2016 a 2017 la cifra se incrementó en 11%.