Ocho Navidades sin ti, Fanny
Mis pies querrán caminar hacia dónde estás durmiendo, pero seguiré viviendo. Pablo Neruda.
NAVIDAD DESDE LAS VOCES DE LA AUSENCIA/VERÓNICA VILLALVAZO (FRIDAGUERRERA).
Rosalinda Estefanía Morales García tenía 29 años. El 14 de diciembre de 2017, “Beba”, como le decían sus padres, “envió” un mensaje a una amiga, haciéndole saber “que había abordado un taxi y no se sentía segura”, hasta las placas mandó. De inmediato la noticia se regó como pólvora, sin embargo, la investigación indicaba otra cosa.
El 17 de diciembre de 2017 Fanny fue encontrada asesinada en un camino lleno de árboles, de vegetación, en el municipio de Acambay, Estado de México.
La investigación arrojó que el asesino de Fanny era su expareja y padre de su bebé de apenas seis meses de edad. Todo lo había fingido el sujeto con la intención de desviar la atención “al taxista”.
La familia se rompió. Rosy se convirtió a sus 50 años otra vez en mamá; esa es la fuerza que le ayuda a continuar para que Fanny, su beba, no sea olvidada.
El 13 de febrero de 2018, Fernando fue detenido y vinculado a proceso, el 5 de agosto de 2020, ue sentenciado a 55 años de prisión por el feminicidio de Fanny.
Un año más, sin ella. Rosy, todos los días le dedica un pensamiento en su Facebook. Hoy nos comparte, una vez más, las líneas que redacta en medio de la ilusión de que lleguen a su hija. La hija que jamás volverá, la madre que ya no vio ver crecer a su pequeño, el que hoy se convirtió en el hijo de Rosalinda.
Aquí las líneas del dolor, escritas desde la ausencia, en medio del eterno infierno, que pocos entienden; que, en ocasiones, aquellos que, no lo han padecido, lo juzgan; sin saber que no es cuestión de voluntad, les arrancaron el corazón.
Mi niña, mi Beba. Te escribo estas líneas, como siempre pensando en ti. Tristemente ya que no estás aquí, desde hace ocho Navidades. Se acercan fechas donde se reúne la familia completa a celebrar, pero, es otra navidad, y, un año viejo que se va, e inicia otro sin ti.
Voltear y ver una silla vacía, el corazón se me acongoja, si por mí fuera, no haría festejo alguno, no tengo nada que celebrar. Pero, por tu hijo Chemita, que le encantan estás festividades, lo hago.
No sabes, cómo se ha sentido, todo este tiempo, sin tu presencia, no me hallo, no encuentro ese lugar dónde descansar, dónde llegar, y, encontrarte, para platicarte, todo lo que me pasó en el día. Ya no hay un nosotras, ahora, sólo existe, el nosotros, tu hijo Chemita y yo.
Cada día que pasa es un día más sin ti, pero, creo que, es un buen momento, para decirte que, estoy tratando de hacer lo mejor con mi vida. Ser una buena madre para tu Chemita, no perfecta, nuevamente estoy tratando de sonreír, y, disfrutar una buena charla con Chemita, y la familia, sé que es, un paso a la vez y lo trato de hacer. Chemita ya sabe leer, sumar y restar, le siguen gustando los dinosaurios, todos los días pregunta o habla de ti, y que, desde ahí lo cuidas, y, yo soy su mamá de la tierra.
Déjame decirte, que, cada día se parece más a ti, su risa, su carcajada tan escandalosa, sus grandes ojos, brillan maravillados por la vida, sus besos y abrazos, como tú los dabas. Sé que una parte de ti está en él, pero, no es suficiente. Sigo teniendo ese hueco, me faltan una, o dos, o más piezas, de ese rompecabezas; que, se perdieron en el momento de tu partida.
Esa partida obligada, que, te arrancó de mi vida, de la vida de tu hijo, rompiendo así a una familia; no le importó nada. Pero, déjame decirte, que, no me dobló este dolor, y, que, las adversidades que estoy viviendo; no me han tirado, al contrario, me han dado fuerza, para levantarme por mí, y por tu hijo.
Tu eres mi fuerza, cada que recuerdo ese fatal día; y saber que luchaste hasta el último suspiro de vida, eso me da más fuerza para continuar, eres mi faro en las noches de niebla, que me señala el camino a seguir, tú me enseñaste a vivir la vida, pero no me enseñaste, a vivir la vida sin ti.
No te digo adiós, sino hasta pronto, sé que allá me esperas. ¿Pero sabes?, aún no es tiempo, aquí hago falta, tengo que hacer a Chemita un hombre de bien, con principios y valores como era tu deseo.
Te amamos muchísimo y te extrañamos mucho. Te mandamos un fuerte abrazo lleno de luz, y bendiciones hasta el cielo, deseando unas felices fiestas decembrinas; aquí trataré de que sean felices.
Te amamos muchísimo. Tu mamá Rosy Montero, y tu hijo Chemita.
Y así llega cada Navidad, día de las madres, cumpleaños. Eternizados en el dolor, tratando, día, a día, volver a empezar. Levantarse una vez más, ese es su diario vivir y morir.
Diciembre 2024.
Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo de una mujer víctima de feminicidio, desaparición o intento de feminicidio, búscame, ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.
P.D. Cada uno de los textos expuestos en este espacio, son con autorización y acompañamiento de las víctimas. Porque sólo somos, la extensión de su grito de justicia.
@FridaGuerrera
@vocesDLAusencia