VOCES DE LA AUSENCIA: Justicia al fin Victoria Pamela

AL PÚBLICO EN GENERAL

A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

JUSTICIA PARA VICTORIA PAMELA

De antemano es de expresar que para nosotros las Voces de la Ausencia resulta penoso el tener que justificar nuestras acciones. Nuestra causa es la justicia digna, no la venganza. Nosotros no buscamos reconocimiento público, ni likes, ni dinero. Sería denigrante sacar provecho del dolor de nuestras familias. Nosotros no traficamos con nuestro dolor, no buscamos causar lástima, ni siquiera consuelo, únicamente hacer conciencia en una sociedad dormida por un hedonismo auspiciado por los medios de comunicación populares y las tan útiles, pero a su vez peligrosas, redes sociales.

Como siempre, somos respetuosos de la labor de otros activistas y comunicadores. Sin embargo, nos tomamos el atrevimiento, en este caso, de hacer un posicionamiento hacia un canal de contenido que, a nuestros ojos, ha tocado de manera directa a tres de nuestros casos, solamente busca normalizar el delito. Como hizo con el caso de Guadalupe Medina Pichardo (ya no más Calcetitas Rojas), María del Rosario y su bebé Alejandro. y ahora el caso de Victoria Pamela Salas Martínez. En dos quiso mostrar el lado humano de una asesina, en el caso de María del Rosario mostró el cinismo de quien arrebatara la vida de la joven madre y su bebé, llamémosles como lo que son, asesinos.  Quienes en las entrevistas que les hicieron únicamente mostraron personas manipuladoras, lastimeras y sin conciencia. Ahora pretende mostrar el lado «humano» de un feminicida de sangre fría.  Un asesino «imprudencial», o un “inocente” ni siquiera se toma la molestia de pagar a policías corruptos para salir libre de la justicia, un inocente no abandona a un ser querido en sus últimos momentos, un inocente no necesita justificarse, pues sus acciones demuestran su inocencia o culpabilidad. Es el caso de Mario Sáenz, asesino de Victoria Pamela. Y no está en la cárcel porque quisimos, sino porque hubo pruebas que un juez calificado revisó y demostró su culpabilidad, la cual fue revisada luego de ser apelada y fue ratificada.

Nosotros no metemos inocentes a la cárcel, no somos cazadores de brujas, vamos de la mano de la ley y no hacemos justicia por mano propia. Los feminicidas son los delincuentes, quienes a sangre fría y sin ninguna conciencia toman las vidas que no les pertenecen.

Sí, te decimos a ti, Mario Sáenz. Si no querías estar en la cárcel, debiste respetar la vida de Victoria Pamela, debiste llorar antes de siquiera tocarle un pelo, debiste pedir disculpas a esa mujer por siquiera pensar en violentarla. No estás en la cárcel por gusto nuestro, a nosotros no nos importa que estés en la cárcel, nosotros quisiéramos que Victoria Pamela estuviera viva y tu libre, pero acéptalo, fue únicamente tu decisión, quizá tu familia debió inculcarte que las acciones tienen una consecuencia y que no siempre te podías salir con la tuya. Y eso te convierte en un peligro para la sociedad, por ello estás dónde debes estar. También queremos decirle, señorita Saskia, en las cárceles también hay inocentes, no pierda su tiempo tratando de justificar a culpables comprobados, pues, si recordamos, la mamá de Lupita aceptó su culpabilidad. Fue obsceno contemplar su falta de arrepentimiento honesto, su esfuerzo por justificarse a ella y sobre todo a su cómplice. Sinceramente, mejor dediqué esos espacios a quienes realmente son inocentes. Normalizar el asesinato es tan imprudente como las narconovelas. Sólo hace que nuestra sociedad invisibilice y romantice el delito.

No haga con nosotros su cruzada personal, su cacería de brujas. Se ha metido con nuestra familia, una familia formada por el dolor de la cual los hermanos de Lupita, Chava y Consuelo, papás de Victoria Pamela, son miembros y, para eso, está la familia para defenderse.

Sin más, por el momento nos despedimos, no sin antes hacer un llamado a nuestra sociedad. La violencia hacia cualquier ser humano no es normal; en el caso de las mujeres, niñas y niños, que abrazamos, nadie busca ser asesinada que. Fue la decisión cobarde de una persona cruel, que no respeta la vida, que creyó que estaba por encima de la ley y claramente es un peligro para la sociedad. Por ello se enfrentaron a la justicia y se decidió que debían permanecer recluidos; eso no lo decidimos nosotros. Pues cuando han liberado a algún asesino, lo hemos aceptado a pesar de creerlo injusto, pues confiamos en la justicia.